Dice un
familiar marplatense: "¿fueron al nuevo museo? Me dijeron que es lindo,
vayan"
Dice una amiga marplatense: “no fui, me dijeron que está bueno, pero mucha
gente"
Y también nos dice la dueña del hotel: "¿no lo visitaron? Es espectacular!
No fui, pero lo vi por la tele."
Asi
emprendimos el viaje para visitar esta novedad del verano.
Casi llegando al
museo, una señora con sus hijos le pregunta a dos señores sentados en la vereda
mirando al mar: "disculpe, ¿sabe dónde queda el nuevo museo?"
Responden entre risas: "si, esa cosa cuadrada de ahí". Esa cosa cuadrada de ahí, realmente
llama la atención en una primera vista. De un diseño casi aproximado al Malba,
es la única construcción de gran tamaño de esa zona residencial de Mar del
Plata. Es opacada simplemente por un local de comidas rápidas justo en la
esquina del museo, y por la fábrica de los famosos alfajores marplatenses más a
lo lejos.
Ese
edificio, inaugurado el pasado 28 de diciembre por el gobernador Daniel Scioli,
es el llamado “MAR”, Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, de
dependencia provincial. Sí, de Buenos Aires, no Mar del Plata. La revista que
se entrega en la mesa de informes (cabe destacar que esta revista es de información
turística provincial y se reparte en varios lados, el museo no cuenta con
folleto) anuncia que “por primera vez un organismo estatal inaugura más de 7
mil metros cuadrados al arte contemporáneo”. Entre casi 200 proyectos, el
ganador fue del Estudio Monoblock, que diseñó un edificio de cuatro volúmenes
de concreto que incluyen una plaza de acceso para exposiciones al aire libre,
patio de esculturas, tres salas de exposiciones en el primer piso y en la
planta baja un auditorio, taller de restauración, área de preservación y otra
de servicios, que incluyen biblioteca, cafetería y tienda. La intención de
dicho museo, según la revista provincial, es colocar a Mar del Plata como
capital cultural de la región.
La
forma de llegar hasta allí no es solamente caminando o en transporte público.
La provincia dispuso un micro gratuito que cada 30 minutos puede traernos y
llevarnos desde la rambla de la ciudad hasta el museo. En la plaza de acceso,
es inconfundible la labor de Marta Minujín. Recreó la típica escultura del lobo
marino de la rambla y lo unió con los tradicionales alfajores Havanna. Creó una
escultura del lobo marino recubierta por 80 mil envoltorios de alfajores. A
fines de febrero, la escultura será derribada y las personas que asistan podrán
cambiar esos envoltorios por alfajores reales.
Pero
una vez adentro es donde se siente la imponencia del edificio. Tal vez sea por
el hall con iluminación natural que ingresa por grandes ventanales, las
escaleras mecánicas, el espacio amplio, o tal vez por “Monumental Moria”. Una
gigantografía de 10 metros de altura de una fotografía de Moria Casán con Body
painting y rodeada a la altura de su cabeza por tres avionetas. La instalación
fue realizada por Edgardo Giménez, y combina el ícono que representa Moria Casán
con sus películas y obras realizadas en Mar del Pata y la combinación de las
avionetas que ya había utilizado en otras instalaciones. Además, como el
nomenclador lo indica, la intervención se encuentra en este lugar, para que
sirva de puente entre el acceso y la muestra del primer piso: “Espíritu pop”,
homenaje al movimiento de los ´60.
La
muestra se encuentra en la totalidad del museo y es de carácter temporario. Lo
que plantea la discusión, si el MAR es o no un museo. Desde el hall del primer
piso, a la altura de las caderas de “Monumental Moria”, se tiene acceso a las
tres salas, a un ventanal con vista al mar y la escultura del lobo marino y
otro ventanal con vista al patio donde se levanta un escenario para show de
música al aire libre que se realizaran durante todo el verano. Las tres salas
son de gran altura, amplias, sin ventanales, con buena iluminación, aire
acondicionado, proyectores y parrillas en sus techos para el sostén de futuras
obras y luminarias. Además el museo cuenta con un ascensor de gran tamaño para
el traslado de las obras.
Entre
las obras expuestas en el Espíritu pop, se encuentran desde la famosa
fotografía de Minujin con Andy Warhol, a Delia Cancela, Alfredo Arias, Federico
Manuel Peralta Ramos, Pablo Mesejean, Nicolas García Uriburu, entre otros. Una
sala está dedicada enteramente al desaparecido Instituto Di Tella. Los espacios
son cuidados por personal de seguridad privada y por empleados del museo que
visten mamelucos color naranja, color institucional de la provincia para las
actividades de verano, que al preguntar respondieron que todos son estudiantes
de letras o de artes visuales. La visita termina viendo el auditorio para más
de 150 personas, la confitería que se ubica junto a la tienda y el área para
chicos, con actividades para edades de 2 a 8 años.
Ortiz Basualdo
Estas,
no fueron las únicas muestras de arte contemporáneo de la ciudad. La Villa
Ortiz Basualdo – Museo Municipal de Arte Juan Carlos Castagnino, está emplazada
en la vieja residencia de verano familiar de los Ortiz Basualdo. En el primer
piso se encuentran diferentes salas con sus mobiliarios originales, como el
comedor, sala de música y habitaciones de huéspedes. El tercer piso está
ocupado por las salas permanentes, donde se exponen obras del artista
marplatense Castagnino. En su planta baja y segundo piso, están las salas de
exposiciones temporarias. Durante los meses de enero y febrero, se realiza la
muestra “Contrapunto: 30 años de arte en democracia”. Se expondrán los premios
del salón municipal de artes plásticas.
El
centro Cultural Villa Victoria, que posee mobiliarios originales de la
escritora Victoria Ocampo, expone durante el verano muestras fotográficas y de
artes plásticas de diferentes artistas marplatenses. Ante la consulta realizada
a un empleado sobre una misma muestra en los tres principales centros
culturales de la ciudad respondió: “Porque tanto acá como en la Ortiz Basualdo,
las muestras estaban programadas desde el invierno. No sabíamos cómo iba a ser
el nuevo museo. Entre el ir gratis al nuevo museo del arte, o a la Ortiz
Basualdo que está en el centro mirá, no nos visita nadie”. Y luego comentó que
de los empleados del MAR sólo uno es planta permanente, el resto es temporario.
Y al igual que lo publicado en portales de noticias como el diario La Capital,
comentó sobre el posible cierre del museo en temporada baja. Una de las
versiones, dice que el museo no está con todas las obras completas, y es
necesario su cierre durante el mes de mayo, algo que ya estaba previsto. Y
otras publicaciones, según los portales de noticias, es por los altos costos
que representa el museo para la temporada baja de abril a junio y de septiembre
a noviembre.
Sin
lugar a dudas el nuevo museo, o centro cultural, representa un paso más para la
consolidación de Mar del Plata como una ciudad que no vive sólo del turismo
veraniego. Su localización, alejada del centro y en una zona sin atractivos
para el público, mejorará el espacio residencial. Siendo una ciudad portuaria, 60%
de la producción pesquera nacional, ciudad universitaria, gran cantidad de
jóvenes del sur de la provincia se acercan a estudiar a la Universidad Nacional
de Mar del Plata entre otras, la intención de convertir la ciudad en un polo
cultural es muy bien vista por los vecinos. La descentralización cultural porteña
y platense es posible que se logre. El nuevo museo, se suma a los otros 11
museos de la ciudad, sin contar centros culturales. Esperemos que esto sirva
para un acercamiento a la cultura, no sólo de los marplatenses, sino para los
turistas. Según el Ente de Turismo de Mar del Plata – EMTUR, entre el 1 de
diciembre y 26 de enero, la ciudad recibió un total de dos millones dieciséis
mil visitantes.
Protegiendo a Mar del Plata
Folleto en mano: “No a la torre de Güemes y la costa. No a Pulti
(intendente del municipio), defendamos el patrimonio marplatense, Vecinos del
Torreón”. Pancarta en un edificio vecino: “No a la torre, no a Pulti”. Cartel
en el edificio en construcción de Güemes y la costa: “Construcción autorizada
por la Suprema Corte de Justicia Provincial (CSJP)”.
El conflicto data del 2010, y tiene que ver con la construcción
de una torre de departamentos, cuya aprobación de obra fue dada por el decreto
municipal 2002 del año 2005 (intendencia de Daniel Katz) y dando permiso al
inicio de la obra en junio de 2013. El tema en discusión, es el lugar donde se
levantará dicha torre.
Como es ampliamente conocido, Mar del Plata fue fundada por un
miembro de la clase alta argentina hace exactamente 140 años, 10 de febrero de 1874,
como lugar de veraneo de las clases más pudientes del país. Hasta fines de los
años ´30, la clase alta construyó sus casas de verano de características únicas
en la argentina, creando así el estilo llamado “chalet marplatense”. Una de sus
características principales, es el uso de una piedra gris clara con brillantes
que se encuentra en las lomas y sierras del municipio. Para recordar esta etapa
de la ciudad, se creó una ley de protección urbanística para la protección de
dichos chalet. Por ejemplo, se limitó la altura edilicia en el barrio Los Troncos
y se declararon “inmuebles de interés cultural”. Entre estos inmuebles, se
encuentra el Chalet perteneciente a Manuela Valdivia de García, construido en
1930 por Alula Baldassarini. Es en el jardín de dicho chalet, donde por decreto
de excepción 2002/2005 se permitió la modificación del inmueble protegido para
la construcción de la torre de 18 pisos.
El portal de noticias marplatense, 0223.com.ar (prefijo
telefónico de la ciudad), en su publicación llamada “Vecinos movilizados contra
la nueva torre de Güemes y la Costa” del 14 de octubre de 2013, explica que el
decreto puede ser vetado por el nuevo intendente, pero no se realizó. Además de
la explicación que dichos decretos se aplican a otros inmuebles protegidos. El
caso llegó hasta la CSJP, donde se le da permiso a la constructora Mastrángelo
Hermanos SRL, alegando que la firma tiene el permiso municipal para la
construcción. El chalet Valdivia de García, se convertirá así, en el hall de
entrada del nuevo edificio, sumando más sombra sobre el mar.
El titular de la Asociación Civil Marplatense del Patrimonio Arquitectónico
y Urbanístico, Cristian Andreoli, indicó que la torre no está afectando
solamente la historia arquitectónica de la ciudad, también la ambiental. Ya que
la modificación de estos chalet, reducen los espacios verdes, disminuyendo la
absorción de agua de lluvias y creando ollas de calor urbanas. Según la Asociación,
son varios los lugares que corren peligro de demolición o modificación parcial: Villa
Lobos, Villa Lujan, Chateau Frontenac, Conjunto 11 de septiembre y Chalet
Minvielle. Además, corren peligro o están seriamente en riesgo por falta de
medidas de protección la Villa Rocca, Villa Carmen (Ex Hotel Lafayette), Villa
Ricardo o el parque de la Casa del Puente. A la lista podríamos agregar lo
irremediablemente perdido: Casa de los Caseros de Villa María, el Chalet San
José, y un sinnúmero de Chalets estilo Mar del Plata. El caso de Villa Luján es
parecido al caso del chalet Valdivia, también se transformará en la entrada de
un moderno edificio, con un gimnasio y salón de fiestas y pileta en sus
históricos jardines. Recientemente, el portal de noticias 0223, publico el 3 de
febrero una nota, donde ARBA – Agencia de Recaudación de Buenos Aires, encontró
67 edificios sin declarar, donde muchos estaban catalogados como casas, baldíos
e incluso chalet ya inexistentes.
Recordamos
también, el cierre en septiembre de 2012 del Museo del Mar, entidad privada que
exponía la mayor colección de caracoles del país, 30 mil piezas, teatro con
obras para chicos, microcines, biblioteca especializada en biología marina y
acuarios. La colección de caracoles fue reunida por uno de los fundadores de los
alfajores Havanna, que llevó a una Fundación el manejo de su patrimonio.
Actualmente, el edificio del museo, chalet histórico protegido más un edificio
construido para tal fin, se encuentran abandonados. Ante consultas con vecinos
organizados que pidieron en su momento el no cierre del museo, comentaron que
la colección fue embalada y protegida, y sigue en custodia de la fundación
Benjamín Sisterna.
Entre
otras noticias, podemos decir que durante este verano, se terminaron las obras
de mejoramiento de la vieja terminal de micros, a su vez vieja estación de
ferrocarril. Allí se inauguró un nuevo salón de exposiciones. En el predio
donde llegaban los trenes y luego los micros de larga distancia, se está
construyendo un nuevo shopping para la ciudad. El traslado de la terminal de
micros también significo el traslado de la terminal de trenes. Dejando a la
entonces nueva estación, ahora vieja, reducida. Se demolió parte de la misma,
los talleres y el tinglado original. Incluso se dejó sin protección a la vieja
locomotora que se encontraba enrejada en su entrada. Dicha locomotora, es nada
más y nada menos que la primera locomotora en llegar a la ciudad hace casi 125
años.
Otro caso
importante a destacar es el caso de la Reserva Natural del Puerto. Este
Humedal, protege el gran pulmón verde que se encuentra en la espalda del puerto
y antes de los balnearios de Punta Mogotes. Es un espacio verde de sólo 50
hectáreas, con una laguna de agua dulce que desborda en el mar, 150 especies de
aves (representando el 16% del total de aves argentinas), mamíferos como
comadrejas, peces y reptiles, como la lagartija liolaemus, casi en extinción
debido a que son aplastadas por las camionetas y autos que entran en las
playas.
Ante el
reclamo de vecinos y de la propia fundación que dirige la reserva, una ley municipal
cedió terrenos al club Aldosivi para la construcción de su propio estadio (club
creado por los obreros que construyeron el puerto que utiliza de forma
“prestada” el estadio mundialista de la ciudad). Una vez iniciadas las obras,
el club rellenó el humedal y niveló el terreno, empujando la tierra sobrante
sobre predios por fuera de sus límites. Varios recursos de amparo intiman al
club a detener las obras hasta no se haga un informe de impacto ambiental, pero
desde hace dos años que las obras no se detienen. Asimismo, para evitar
inundaciones sobre los balnearios, el día 21 de enero, una grúa contratada por
el complejo Punta Mogotes, derriba un médano para el desagote de agua de la
laguna al mar. Este hecho llego a romper un puente sobre el arroyo, haciendo
que las visitas guiadas al lugar sean canceladas y se registraron
fotográficamente animales ahogados por la correntada. En consulta con un comerciante
de la zona, explicó que los terrenos donde se encuentra la reserva son propiedad
del Consorcio Portuario Regional, y están concesionadas, no expropiadas. Y que
atrás de estas medidas, se encuentran planes inmobiliarios, ya que este es el
único terreno costero virgen en toda la ciudad. Grupo de vecinos, de la
fundación reserva del Puerto y de Greenpeace Mar del Plata, llevan a cabo
acciones para pedir la declaración de Reserva Provincial y expropiación de los
terrenos.
La mejor manera de salvaguardar el patrimonio marplatense, es no
pensar en la ciudad como una Buenos Aires con playa. O en todo caso, al
visitarla, no ir sólo a sus playas céntricas. Ya se mencionó al Museo
Castagnino – Villa Ortiz Basualdo que contiene el mobiliario original junto a
obras de Castagnino, Soldi, Berni, Quinquela entre otros, y el Centro Cultural
Villa Victoria con salas de exposiciones y mobiliario perteneciente a la
escritora Victoria Ocampo. También se pueden visitar: Museo de Historia
Municipal – Villa Mitre que cuenta la historia de la ciudad y durante el verano
tendrá una muestra sobre Anna Frank, Museo José Hernández, ubicado en las
sierras de Los Padres con la historia rural de la zona, pinturas de Castagnino
y Ricardo Carpani, Museo de Ciencias Naturales con la recreación del ambiente
marino de la ciudad y prehistóricos. La Torre Tanque que en 2013 fuera
declarada Monumento Histórico Nacional, cuenta con un mirador a 75 metros sobre
el nivel del mar y se realiza una visita contando su historia y enseñando a
utilizar el agua potable. El Instituto Unzue, también monumento histórico,
donde poco a poco se restaura abriendo cada año un sector nuevo. Y el reciente
inaugurado espacio de la Casa Puente, también Monumento Histórico Nacional que
se visita con inscripción previa.
Fuentes:
Ente Municipal de Turismo de General Pueyrredón
Secretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires
Nota e imágenes: Julio Martín Fernández (ATM)