El viernes 2 de septiembre sufrimos la pérdida de Diego; lo
conocimos en el Museo Histórico Nacional, era el encargado de su biblioteca;
era a quien consultábamos por cualquier información relacionada con el
patrimonio del Museo. Le gustaba dar largas charlas, y en ellas se expresaba con
locuacidad, demostrando un amplio conocimiento sobre muchos temas.
Personalmente, era un gran compañero, preocupado por la situación de cada uno
de los trabajadores, supo estar siempre presente en momentos difíciles; una persona
con un gran sentido del humor que le encontraba el lado positivo a situaciones complicadas.
Así queremos recordarlo, con ese buen sentido del humor que
lo caracterizaba; como un hábil conversador, extremadamente sociable; un ser
sensible no sólo con sus compañerxs sino con los trabajadores en general.
Queremos además saludar a su compañera, otra excelente
persona, también trabajadora del Museo y decirles a todxs:
Diego siempre vas a vivir en nuestros recuerdos!