“Darle a la muerte nueva vida”. Gravitación del aparato represivo en los espacios de la museología.1
Blasco, María Elida
DNI: 23.912.199
CONICET / Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires (1405)
“(los museólogos) aspiran a mostrar del hombre su ansia perenne de eternidad (…) ¡Resurrección! ¡qué esperan los cristianos!. Deben darle a la muerte nueva vida. ¡Deben darle a esta Patria, malquerida por seres de otras tierras, el ejemplo mejor de los ejemplos, la unidad solidaria en la paz y en la guerra!”. Oscar Ivanissevich (1895-1976), Ministro de Cultura y Educación de la Nación, en la Comida Anual de los Museólogos Argentinos celebrada el 10 de diciembre de 1974 en los salones del Círculo Militar.
Así terminaba el discurso del ministro Ivanissevich en la “comida de camaradería” organizada por el Instituto Argentino de Museología (IAM - 1957) y el Colegio de Museólogos de la República Argentina (CMRA - 1966). Escuchaban profesores de historia, abogados, escribanos, militares y policías retirados en condición de museólogos. En primera fila el presidente del IAM, Jorge E. Garrido y del CMRA, Juan Carlos de Lellis; luego directores de museos, restauradores, regentes, docentes y egresados de carreras de museología.2 No podemos saber qué tipo de interpretación hizo cada uno de los presentes luego de escuchar las palabras, pero conjeturamos que ellas cobran otro sentido si las analizamos a la luz de lo que sucedía días antes y días después, en edificios cercanos, en un contexto político en donde los grupos parapoliciales de la Tiple A (Alianza Anticomunista Argentina) anticipaban el terror que azotaría después, con la dictadura.
En noviembre de 1974 el entonces comisario de la Policía Federal y Ministro de Bienestar Social José López Rega emprendió la más secreta de sus misiones: repatriar el cuerpo embalsamado de Eva Perón desde la residencia madrileña de Puerta de Hierro para que la presidenta María Estela Martínez (Isabelita) tuviera en su poder los restos de las dos figuras más influyentes del Movimiento Peronista.3 Recordemos que Juan D. Perón había muerto en julio y que el 15 de octubre la organización armada Montoneros secuestró el féretro de Pedro E. Aramburu del cementerio de la Recoleta para exigir la repatriación de los restos de Evita.4 El cuerpo de “la abanderada de los humildes” llegó al país el 17 de noviembre para ser trasladado a una cripta construida en la residencia presidencial de Olivos y situado al lado del féretro de Perón. Allí se inició la segunda etapa del plan que consistía en restaurar el cadáver embalsamado de Eva dado el grado de deterioro en que se hallaba cuando le fue devuelto a Perón en Madrid en 1971. Para ello el Ministro Ivanissevich y Jorge E. Garrido convocaron a un viejo amigo en común: el escultor, restaurador, ceroplastista y taxidermista Domingo Tellechea quien, retornado al país con el regreso al gobierno del peronismo, estaba organizando el Centro Argentino de Restauradores.5
La relación entre Tellechea y Garrido databa de los tiempos de la organización del IAM,6 cuando el primero era jefe del laboratorio de restauración del Museo de la Policía Federal y trajinaba el Museo Forense de la Morgue Judicial manipulando cadáveres, reproduciendo piezas y restaurando evidencias.7 Pero en 1974 Garrido no procedía como “amigo” ni como museólogo sino como Escribano General de Gobierno, un cargo que desempeñaba ininterrumpidamente desde la década de 1940 -cuando sucedió a su padre- y que ahora lo colocaba bajo las órdenes de la ultraderecha peronista comandada por López Rega.8 Tampoco Tellechea ejercería su trabajo como restaurador independiente: había sido convocado por sus amigos para ser Director del Museo de la Casa de Gobierno y según sus testimonios posteriores, ello no le permitía eludir la responsabilidad que se le encomendaba.
Entre el 22 de noviembre y el 7 de diciembre Tellechea trabajó en el pequeño laboratorio montado en un anexo a la cripta de la residencia de Olivos, llevando una suerte de diario de tareas que acompañaba con fotografías y gráficos explicativos.9 Aunque se trataba de una operación secreta a la que solo accedía la presidenta, López Rega, Ivanissevich, Garrido y pocas personas más, Tellechea recuerda que lo que ocurría allí adentro “era un secreto a voces”. Tanto como lo eran los oscuros rituales esotéricos de López Rega sobre el cuerpo embalsamado, para que el carisma y el espíritu de la difunta se transfirieran de algún modo a Isabelita.
El encuentro de museólogos tuvo lugar pocos días después de terminada la restauración. Allí Ivanissevich transmitió el mensaje de la Presidenta y destacó el Proyecto de Ley de Defensa del Patrimonio Cultural que establecía la creación de la Facultad de Museología y del Instituto Nacional de Museología; también que los puestos vacantes en los museos debían adjudicarse a los graduados de las carreras de formación profesional o a los Colegiados. Luego se refirió a las prácticas de los museólogos de “dar nueva vida a lo muerto” equiparándolas a la resurrección. Tal vez la concurrencia lo haya interpretado como simple metáfora, pero es probable que impactara de otro modo en Garrido y Tellechea, quienes tenían el poder de conocer y ejercitar las técnicas de conservación de un cuerpo muerto. Nada más y nada menos que el de Evita.
En los meses que siguieron la imbricación entre promoción de museos, política y aparato represivo se acentuó. Los restos de Perón y Eva fueron exhibidos juntos, en la cripta de la capilla de Olivos, ante un público selecto elegido por la presidenta y su entorno.10 El Museo de la Policía Federal afianzó sus dispositivos propagandísticos para legitimar el accionar de la fuerza en la “guerra contra la subversión”.11 El Ministerio de Educación reeditó Museología Argentina. Guía de Instituciones y Museos (1971) preparada por el ex comisario Adolfo Enrique Rodríguez, quien en la década de 1950 se había desempeñado como Director del Museo de la Policía Federal, en 1968 alcanzó la presidencia del flamante Colegio de Museólogos y ahora se presentaba como “licenciado en museología” además de historiador oficial de la fuerza policial.12
En este contexto no parece extraño que el general Acdel Vilas – el militar vinculado a López Rega y al sindicalismo peronista que en febrero de 1975 comandó el Operativo Independencia para “aniquilar la subversión” en Tucumán- tuviera la afición de recolectar elementos sustraídos al enemigo y exhibirlos en su museo personal como “trofeos de guerra”.13 Y aunque resta una investigación que reconstruya las complejidades del proceso, estos y otros indicios señalan un itinerario que desemboca en los macabros “museos antisubversivos” erigidos durante la última dictadura cívico-militar en los mismos espacios donde funcionaban los Centros Clandestinos de Detención. Investigaciones recientes señalan que el Museo de la Policía en Tucumán exhibía restos corporales de guerrilleros anónimos asesinados como testimonios irrefutables del éxito de la guerra que conllevaba la muerte y derrota de la “subversión”, y que el museo emplazado en Campo de Mayo mostraba las ya populares figuras de cera, portando armas y vestidas con trajes de guerrilleros; hasta existió el rumor – o la posibilidad- de que se haya visto el cuerpo embalsamado del jefe del Ejército Revolucionario del Pueblo, Mario Roberto Santucho - asesinado en 1976- dispuesto como si estuviera vivo.14 “Darle a la muerte nueva vida”, decía el Ministro; una vida como objeto museográfico para representar ahora, mediante la puesta en escena y el espectáculo, estampas de la “lucha antisubversiva” en los mismos espacios donde reinaba el espanto.
¿Cómo pensar la profesión de museólogo y el rol de los museos a la luz de estas narraciones?, ¿qué nos dicen sobre las prácticas de los científicos, de los historiadores y de los reconstructores de pasados?, ¿qué uso se ha hecho de los saberes expertos, de las competencias y habilidades que con honestidad justiciera reivindicamos como profesionales?. Tal vez la primera cuestión sea indagar profundo con ojo y sentido crítico. Reconstituir el cómo, el quiénes y el por qué, porque hicimos mucho pero todavía falta; reestablecer las coordenadas exactas aunque duela y sangre. Recién después – como ya sabemos- empezar de nuevo.
1 Extracto de una investigación en curso sobre la configuración de los museólogos como corporación profesional (Argentina, 1955-1983).
2 Museología Argentina, Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, 1975 (en línea)
3 La literatura sobre el itinerario del cadáver de Eva Perón es abundante. Para un film documentado ver Evita. La tumba sin paz (Dir. Tristán Bauer; Investigación y guion, Miguel Bonasso, 1997)(en línea)
https://www.youtube.com/watch?v=hcL_cybH340
Sobre las intenciones de López Rega y sus prácticas esotéricas con el cadáver de Eva desde 1971, ver Larraquy, Marcelo, López Rega. La biografía, Buenos Aires, Sudamericana, 2004, pp. 175-176 y 303.
4 González, Juan, “El segundo secuestro de Aramburu: el día que Montoneros robó su cadáver”, Revista Noticias, 29 de mayo de 2020 (en línea)
5 La entidad obtuvo personería jurídica y se mantuvo activa por diez años editando una revista de conservación y restauración. Sobre la trayectoria de Tellechea en la historia de la restauración ver“Domingo Tellechea: el arte de mantener vivo el pasado”, El Civismo, Luján, 18 de septiembre de 2012 (en línea) https://www.elcivismo.com.ar/notas/13950/; Goren Silvio, “¿Que nos deja la historia de la conservación en la Argentina?”, Conversa. Voces en la conservación, Nº 3, junio de 2015 (en línea)
https://conversaonline.wixsite.com/conversa/qu-nos-deja-la-historia
6 La historia de la creación del IAM, del CMRA y otras instituciones de formación profesional en Rodríguez, Adolfo Enrique, Museología Argentina. Guía de Instituciones y Museos, Talleres de Ronaldo Jorge Pellegrini, Linotipia-Impresiones, Buenos Aires, 1971.
7 Exploraciones sobre las características de las exhibiciones del Museo de la Policía Federal en Caimari, Lila, “Vestigesof a HiddenLife. A Visittothe Buenos Aires PoliceMuseum”, Radical HistoryReview, Nº 113, 2012, pp. 143-154 (en línea); Sirimarco, Mariana, “La cosa y la palabra. Relato y emocionalidad en un museo policial”, Revista del Museo de Antropología Nº 7, vol. 1, 2014, pp. 177-188 (en línea). También el compendio de artículos en Sirimarco, Mariana (Coord.), Narrar el oficio. Los museos de las fuerzas de seguridad como espacios de ficciones fundadoras, CABA, Biblos, 2019.
8 Testimonio de Garrido sobre su trayectoria como escribano en “El intocable de la Casa Rosada. Escribano Jorge Garrido”; Revista Siete Días Ilustrados, 25 de enero de 1971 (en línea)
http://www.magicasruinas.com.ar/revistero/argentina/escribano-garrido.htm
9 Testimonios posteriores de Tellechea sobre la restauración del cadáver en Evita. La tumba sin paz…, minutos 46-47. “Entrevista a Domingo Tellechea”, Revista Siete Días, Nº 916, enero de 1985 (en línea) http://evita2.marianobayona.com/restaura.html
10 Zunini, Patricio, “La historia secreta de la quinta de Olivos: del tigre de Perón a la noche en que la policía abandonó a De la Rúa”, Infobae, 15 de julio de 2017 (en línea)
https://www.infobae.com/grandes-libros/2017/07/15/la-historia-secreta-de-la-quinta-de-olivos-del-tigre-de-peron-a-la-noche-en-que-la-policia-abandono-a-de-la-rua/ Vallejos, Soledad,Olivos. Historia secreta de la quinta presidencial. La intimidad jamás contada de la política argentina, CABA, Aguilar, 2017.
11 Varios indicios sugieren que el Museo funcionaba también como espacio para marcar “subversivos”. En un testimonio que merecería un análisis detenido, Tellechea recuerda que el secuestro y asesinato de su amigo Julio Troxler - el militante peronista que inició su lucha en la resistencia y sobrevivió a los fusilamientos en los basurales de José León Suárez promovidos por el gobierno de facto- ocurrió pocos días después de que, por pedido del mismo Troxler, lo acompañara a conocer el Museo y le presentara a los directores. Fue fusilado en Barracas el 20 de septiembre de 1974 por un escuadrón de la Triple A. En López Ocón, Mónica, “Entrevista a Domingo Tellechea, el restaurador del cuerpo de Evita. Mitos y verdades sobre las heridas que sufrió el cadáver de Eva Perón”, Colectivo Ex Presos Políticos y Sobrevivientes, Rosario, 27 de febrero de 2011 (en línea)
http://colectivoepprosario.blogspot.com/2011/02/entrevista-domingo-tellechea-mitos-y.html;
12 En 1975 publicó seis volúmenes de Historia de la Policía Federal Argentina.
13Asch, Hugo, “El siniestro general Acdel Vilas, el “aniquilador” de la guerrilla de Tucumán al que Bussi le robó todo”, Infobae, 28 de enero de 2019 (en línea)
14 Sirimarco, Mariana, “Las huellas de lo borrado: muerte, guerra y restos corporales en los museos de la subversión”, en Sirimarco, Mariana (coord.), Narrar el oficio…, pp. 225-282.