De efemérides, reliquias y proyectos políticos en los museos

30.5.15 - 
El sable de San Martín regresó al Museo Histórico Nacional en la Semana de Mayo

La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, encabezó el domingo 24 el acto en el cual el Museo Histórico Nacional recibió, luego de 48 años, el sable corvo de San Martín para exhibirlo al público. El traslado de esta pieza histórica desde el Regimiento de Granaderos a Caballo hasta el museo estuvo acompañado por una multitud de personas en las calles. La ministra de Cultura de la Nación, Teresa Parodi, definió al desfile como “conmovedor”. “La gente siguió el traslado en las calles; con los chicos saludando a los Granaderos que siempre despiertan una gran emoción. Como dice la Presidenta ‘tenemos Patria’ y hemos recuperado los símbolos patrios”, sostuvo.
Así se informó la noticia del evento realizado el pasado domingo en la web del Ministerio de Cultura de la Nación. http://www.cultura.gob.ar/noticias/cristina-kirchner-deposito-el-sable-de-san-martin-en-el-museo-historico-nacional/



Museos y proyectos políticos

En su texto Los museos históricos en la Argentina entre 1889 y 1943, la historiadora María Elida Blasco describe los orígenes del Museo Histórico Nacional:
“En 1889, durante la presidencia de Juárez Celman, Bartolomé Mitre, Julio A. Roca, Andrés Lamas, Ramón J. Cárcano, José Juan Biedma, Estanislao S. Zeballos y otras personalidades de la época, se reunieron para formar la comisión fundadora de un “Museo Histórico de la Capital” con el objetivo de reunir “las glorias nacionales bajo un mismo techo”. Pero fue sin duda, por iniciativa de Adolfo P. Carranza que este museo – que en su origen surgió como institución municipal- se transformó en Museo Histórico Nacional y, a su vez, en el “templo de las glorias nacionales” destinado a evocar “las tradiciones de la Revolución de Mayo y la Independencia”.”

En 1941 la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos publicaba el “Reglamento para los Museos Históricos” y establecía: “Los museos históricos son expresión ilustrada de la historia patria. A tal efecto, las piezas que formas sus colecciones, se hallarán debidamente clasificadas según el orden cronológico, por épocas y períodos históricos y en casos especiales a determinadas personalidades del pasado se asignará, una u más secciones en relación a su importancia y al número de objetos reunidos”. (Boletín de la CNMyLH, N° 4, p. 684.)

Entre 2005 y 2013 el proyecto de renovación integral del Museo Histórico Nacional, llevado adelante por el Dr. José Antonio Pérez Gollán, se planteaba como cambios profundos en sus exhibiciones:
·         El guión museológico general partiría de la multiplicidad del espacio geográfico, sus habitantes y sus voces.
·         El visitante podría apreciar una cronología comparada con los acontecimientos políticos y culturales fundamentales de la historia argentina y su relación con la historia universal.
·         Se presentarían ejes temáticos que abordaran la historia nacional incorporando períodos, procesos y actores sociales poco considerados por el relato histórico tradicional. Esos ejes definirían problemas, enfoques y áreas de interés para ser tratados en su desarrollo histórico.
·         La investigación histórica no se limitaba a los equipos de profesionales del Museo sino que proponía  contar con el apoyo de los ámbitos de producción académica y la modernización de la museografía, a fin de contextualizar y poner en valor la narración y las colecciones expuestas.
·         Los objetos que formarían parte de la exposición serían acondicionados de acuerdo con las indicaciones y soportes requeridos para la conservación en exhibición de los mismos.

En gestiones anteriores al 2005, se había representado hegemónicamente la historia institucional y militar de la Argentina, y a diferencia de esa visión, uno de los objetivos principales que desarrolló el museo durante la gestión de Pérez Gollán fue la de generar nuevas representaciones que dieran lugar a la voz de otros sujetos sociales:

“Como fundador del Museo Histórico Nacional, Adolfo P. Carranza fue el encargado de reunir sus primeras colecciones. Para tal fin recurrió principalmente a las familias porteñas descendientes de los próceres de la Revolución de Mayo y de las Guerras de la Independencia. A fines del siglo XIX los museos históricos eran las instituciones que resguardaban y transmitían a las nuevas generaciones la tradición patriótica de la Argentina. El Museo Histórico debía ser el Panteón de la Patria donde se venerara la memoria de los héroes fundadores de la nacionalidad y las reliquias que los representaban.

Hoy, ya iniciado el siglo XXI, las colecciones han dejado de ser consideradas reliquias para constituirse en patrimonio histórico de todos los argentinos. El Museo Histórico Nacional deberá brindar al visitante un panorama de los complejos procesos sociales, en el más amplio sentido del término, que confluyeron para construir la Argentina contemporánea.
El desafío reside en ampliar las colecciones para que estén representados los actores históricos aborígenes, afro-americanos, inmigrantes de distintas procedencias, clases sociales, comunidades étnicas y religiosas, partidos políticos, grupos de poder o sectores económicos y culturales regionales.” (Exposición Renovar el Museo, 2007)

Los núcleos temáticos que proponía abordar el nuevo proyecto (difundido con los logos del Museo Histórico Nacional, la entonces Secretaría de Cultura de la Nación y la Asociación de Apoyo al MHN) planteaba un enfoque moderno y rompía con las estructuras tradicionales:












Entre 2013 y 2015 en el Museo Histórico Nacional –en palabras de su actual directora, Araceli Bellota, se han inaugurado 12 salas:
“Hace dos años este museo tenía dos salas abiertas. Hoy hemos completado todo el relato historiográfico desde los pueblos originarios hasta 1910. Tenemos catorce salas abiertas. Tenemos un San Martín interactivo a quien la gente puede hablarle y él contesta. Abajo hay una sala de videojuego donde los chicos pueden jugar con los objetos de la historia. Y hoy recibimos el sable corvo del general, que es la pieza más valiosa de este museo”, dice la directora nacional de Patrimonio y Museos, Araceli Bellotta, a cargo del Museo Histórico Nacional.” http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-273431-2015-05-25.html

En el recorrido actual del museo se evidencia una gran inversión de dinero en la museografía (vitrinas, iluminación, soportes, gráfica), y la calidad del montaje demuestra la existencia de un equipo de trabajadores profesionales y con el expertizaje necesario para garantizar la preservación de las colecciones en exhibición.

En cuanto al contenido de las salas inauguradas en estos dos años, reflejan los siguientes temas: pueblos originarios, misiones jesuíticas, virreinato, invasiones inglesas, revolución de mayo, guerra de independencia, período 1820-1852, período 1852-1910, Adolfo Carranza, San Martín y la recién inaugurada sala del sable.












Debatiendo proyectos políticos en los museos

A la hora de pensar la función y el rol social de los museos, considero necesario resaltar las palabras del museólogo y poeta brasilero Mario Chagas:

Durante mucho tiempo los museos sirvieron apenas para preservar los registros de la memoria y la visión de mundo de las clases más acomodadas; de igual modo funcionaron como dispositivos ideológicos del estado y también para disciplinar y controlar el pasado, el presente y el futuro de las sociedades en movimiento. En la actualidad, al lado de esas prácticas clásicas un nuevo fenómeno ya puede observarse. El museo está pasando por un proceso de democratización, de resignificación y de apropiación cultural. 

Ya no se trata apenas de democratizar el acceso a los museos instituidos, sino de democratizar el propio museo comprendido como tecnología, como herramienta de trabajo, como dispositivo estratégico para una relación nueva, creativa y participativa con el pasado, el presente y el futuro. Vale además considerar que se trata de una herramienta y un artefacto, que puede servir también para tiranizar la vida, la historia, la cultura; para apresar el pasado y apresar a los seres y a las cosas en el pasado y en la muerte.

De este modo para entrar en el reino narrativo de los museos es preciso confiar desconfiando, es necesaria una perspectiva crítica: los museos son lugares de memoria y de olvido, así como lugares de poder, de combate, de conflicto, de litigio, de silencio y de resistencia…

Para debatir los proyectos, convoco a reflexionar críticamente sobre las siguientes preguntas:

·         Qué proyecto político queremos para el Museo Histórico Nacional?
·         Qué historias queremos que se relaten/expongan/legitimen en sus salas?
·         Qué voces buscaremos incorporar/invitar a participar en la construcción de los relatos?
·         Quiénes podremos decidir sobre el uso de nuestro patrimonio?

Veronica Jeria, Lic. en Museología
29 de mayo de 2015