¡Cocinando un Museo! 21° cumpleaños del Histórico de Berazategui
El viernes 20 de junio el Museo Histórico y Natural de Berazategui festejó junto a la comunidad sus 21 años de vida.
Bajo el lema ¡Cocinando un Museo! se montó un gran taller entre vecinos y amigos que permitió “cocinar ideas”, destacando destacando la analogía que une a la cocina con la producción de pensamiento.
El espacio se ambientó con grandes paquetes de comida que motivaban a pensar y repensar sobre el rol del museo en la comunidad. Organizados en cuatro mesas de trabajo y con gorros de expertos culinarios se presentó la cosigna del día: "Cocinar entre todos el museo que queremos".
A partir de una "palabra-ingrediente" que fue colocada dentro de una olla común por cada visitante se comenzó la cocción. Allí cada uno debía sintetizar en un sólo concepto qué les despertaba el término museo. Luego, tras visualizar un corto audiovisual llamado "Una porción de tortas, una porción de historias" donde distintos actores contaban la historia de la institución (y la propia en ella) se procedió a una propuesta lúdica: armar entre los distintos cocineros/pensadores una frase especial: museo comunitario. Esta actividad dió pie a continuar el debate en cada mesa acompañado por tortas y otras delicias traídas por los propios vecinos fortaleciendo la idea de que "para comer y pensar, sólo hay que empezar".
Cada grupo de cocineros/pensadores continuó trabajando sobre la consigna de cocinar el museo (el más rico, nutritivo y completo) y a partir de un recetario avejentado elaborar nuevas propuestas en torno a este concepto.
Las ideas generadas en torno a la reflexión, el diálogo y el debate entre los integrantes de cada mesa (de distintas edades, profesiones y experiencias) permitió llegar a un plato/conclusión especial: la comunidad necesita de un museo que esté más comprometido con sus necesidades, que ayude a la creatividad, que no solo recupere la(s) memoria(s) de la comunidad y sus historias, donde los valores y sentimientos de la comunidad tengan lugar, conformar un ámbito para reflexionar y reforzar la integración social. Que se potencie como un espacio de encuentro y participación activa, de amigos y gente querida para reflexionar el ayer y soñar el futuro.
La experiencia de cocinar ideas con la comunidad fue el primer paso para continuar sumando las voces de los distintos actores de esta para así retroalimentarse y crecer con ella.
Bajo el lema ¡Cocinando un Museo! se montó un gran taller entre vecinos y amigos que permitió “cocinar ideas”, destacando destacando la analogía que une a la cocina con la producción de pensamiento.
El espacio se ambientó con grandes paquetes de comida que motivaban a pensar y repensar sobre el rol del museo en la comunidad. Organizados en cuatro mesas de trabajo y con gorros de expertos culinarios se presentó la cosigna del día: "Cocinar entre todos el museo que queremos".
A partir de una "palabra-ingrediente" que fue colocada dentro de una olla común por cada visitante se comenzó la cocción. Allí cada uno debía sintetizar en un sólo concepto qué les despertaba el término museo. Luego, tras visualizar un corto audiovisual llamado "Una porción de tortas, una porción de historias" donde distintos actores contaban la historia de la institución (y la propia en ella) se procedió a una propuesta lúdica: armar entre los distintos cocineros/pensadores una frase especial: museo comunitario. Esta actividad dió pie a continuar el debate en cada mesa acompañado por tortas y otras delicias traídas por los propios vecinos fortaleciendo la idea de que "para comer y pensar, sólo hay que empezar".
Cada grupo de cocineros/pensadores continuó trabajando sobre la consigna de cocinar el museo (el más rico, nutritivo y completo) y a partir de un recetario avejentado elaborar nuevas propuestas en torno a este concepto.
Las ideas generadas en torno a la reflexión, el diálogo y el debate entre los integrantes de cada mesa (de distintas edades, profesiones y experiencias) permitió llegar a un plato/conclusión especial: la comunidad necesita de un museo que esté más comprometido con sus necesidades, que ayude a la creatividad, que no solo recupere la(s) memoria(s) de la comunidad y sus historias, donde los valores y sentimientos de la comunidad tengan lugar, conformar un ámbito para reflexionar y reforzar la integración social. Que se potencie como un espacio de encuentro y participación activa, de amigos y gente querida para reflexionar el ayer y soñar el futuro.
La experiencia de cocinar ideas con la comunidad fue el primer paso para continuar sumando las voces de los distintos actores de esta para así retroalimentarse y crecer con ella.
Fuente: Facebook Museo Histórico de Berazategui
