Visita al Parque por la Paz Villa Grimaldi, Chile

24.11.12 - 

En el marco de nuestro viaje a Santiago de Chile para participar del Simposio  Internacional de Museología “Nuevas Prácticas, Nuevas Audiencias. A 40 años de la Mesa de Santiago”, realizamos visitas a distintos museos y sitios históricos en los cuales pudimos intercambiar experiencias con colegas chilenos y comprender un poco más sobre la historia y el presente  de esta sociedad.



Uno de estos lugares fue el Parque por la Paz Villa Grimaldi, lugar donde funciono un centro clandestino de secuestro, tortura y exterminio entre los años 1973 y 1978, durante la dictadura militar. En este lugar, situado en la comuna de Peñalolén, funcionó el Cuartel Terranova por el cual pasaron alrededor de 4.500 detenidos, de los cuales 229 fueron desaparecidos o ejecutados.

Nuestra visita comienza al encontrarnos con Cristian Gutiérrez Tapia, licenciado en Historia y Ciencias Sociales, trabajador del equipo de educación, quien va a ser nuestro guía y nos contará distintos aspectos de este lugar y de la historia de Chile.

Villa Grimaldi
Según nos cuenta Cristian,  “este lugar no es un sitio homogéneo, en este parque hay muchas memorias, no es un parque que tenga un sólo discurso, ya que en él hay vestigios de  distintos periodos de la historia chilena”.
Desde la década del 60, funcionó aquí un restaurant llamado “Paraíso Villa Grimaldi”, la casa que lo albergaba era una casa de estilo Patronal (colonial) muy grande. Su nombre se debía al aspecto de villa italiana, ya que la casa estaba rodeada por bellos jardines y numerosas esculturas. En este lugar se reunían importantes referentes de la cultura, el arte y la política. De este periodo, solo quedan en pie  las escalinatas que conducían a la casa y el portón original.

En 1973 el lugar llega a manos de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), y es allí cuando comienza a funcionar el Cuartel Terranova, uno de los centros secretos de secuestro, tortura y exterminio más grande que tuvo la dictadura militar Chilena. Aquí funcionaba la Brigada de Inteligencia Metropolitana (BIM), encargada de la represión en la ciudad de Santiago. Como en otros Centros Clandestinos de Detención, aquí todo el accionar represivo estaba racionalizado, nada era al azar, “el objetivo central era el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), hacia el año 1975, cuando este grupo estaba casi aniquilado, comienza la represión hacia el Partido Comunista, después fue el turno del Partido Socialista”, nos explica Cristian.

El cuartel Terranova deja de funcionar en 1978 y el lugar es abandonado, desmantelado y, posteriormente, demolido. A raíz de esta situación se crea la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Peñalolen y La Reina formada por vecinos, organismos de Derechos Humanos, ex detenidos de Villa Grimaldi y familiares de ex detenidos desaparecidos. Finalmente, el 10 de Diciembre de 1994, tras la aprobación de un decreto, el lugar es abierto a la comunidad. Es entonces cuando se decide crear un parque que sirviera como “lugar de recuerdo, reflexión y promoción de los Derechos Humanos, destacando la vida y la paz en lo que había sido un lugar de muerte y sufrimiento”.

Parque por la Paz
El Parque es administrado por la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, entidad privada, sin fines de lucro que, desde el 13 de Julio de 1996, es la encargada de gestionar y poner en valor el sitio con el objetivo de promover la defensa de los Derechos Humanos y la recuperación de la memoria histórica del lugar. La corporación cuenta con un Directorio, un Equipo Administrativo y se financia a través del aporte voluntario de sus socios,  visitantes y  mediante donaciones de instituciones públicas y privadas.
En el año 2004 el lugar fue declarado Monumento Nacional como referente de la memoria, justicia y promoción de los Derechos Humanos. Toda la señalización del parque está formada por placas a nivel del suelo, ya que los detenidos, que se encontraban permanentemente vendados, sólo podían ver el piso.

El portón original, por el cual ingresaban los vehículos que trasladaban a los detenidos, se encuentra cerrado como símbolo, para que nunca más sea transitado por persona alguna. En el recorrido por el Parque se pueden observar memoriales y reconstrucciones de las distintas dependencias utilizadas durante el funcionamiento del Cuartel Terranova. Las reconstrucciones se basaron en los testimonios de ex prisioneros. Las celdas, llamadas en la época “Casas Chile” o “Casas Corvi”, de 2 m por 1 m albergaban hasta cuatro personas con la intención de generar conflicto entre los detenidos pero, como nos cuenta Cristian “entre los detenidos se dio la resistencia a través de la solidaridad.  Se iban turnando entre ellos para estar de pie o sentados”.


Otra de las reconstrucciones corresponde a “La Torre”, que funcionaba originalmente como depósito de agua y que fue reacondicionado por la DINA como lugar de encierro y tortura, esta torre, de 11 metros de altura contaba con distintos niveles donde se mantenía a los detenidos en pequeños receptáculos. Según nos cuenta nuestro guía, éste era el último lugar de estancia en Villa Grimaldi, de aquí salía la gente que iba a desaparecer.

“El Muro de los Nombres” es un memorial inaugurado en 1998, construido en piedra, lleva grabado el nombre de los detenidos desaparecidos.


“El Jardín de las Rosas”, es un homenaje a las mujeres detenidas desaparecidas y víctimas de la represión estatal. Rodeando una pileta, que lleva inscripta la frase de  Gabriela Mistral “Todas íbamos a ser reinas”, se encuentran un conjunto de rosales, cada uno con un nombre de mujer. Los nombres que están inmediatamente alrededor de la pileta corresponden a las 36 mujeres detenidas desaparecidas en Villa Grimaldi, le siguen los nombres de 102 mujeres desaparecidas en otros centros de detención y, finalmente, los 53 nombres de mujeres víctimas de violencia estatal en la década del 80, porque en esos años “la represión hace un giro, sigue habiendo desapariciones pero en mucha menor cantidad, comienzan los asesinatos”, nos explica Cristian.


“La Sala de la Memoria”, ubicada en la dependencia que utilizaba la DINA para la falsificación de documentos, alberga hoy objetos que los familiares fueron donando. Aquí se trata de reconstruir las historias de vida, de recuperar a los sujetos que la dictadura intentó eliminar.

En el Parque fueron plantados Abedules en un sector utilizado para las celdas y se mantuvo un Ombú, cuyas ramas fueron testigo de torturas y asesinatos pero sobrevivió a la  barbarie y su intento de destrucción.

Para finalizar nuestro recorrido llegamos al Monumento Rieles de Quintero. Ingresando a una estructura de forma cúbica se pueden observar los rieles utilizados como lastre para arrojar los cuerpos al océano.

En cuanto a la propuesta pedagógica del lugar, Cristian nos explica: “Nosotros nos posicionamos no desde la tristeza, no desde el horror, porque paraliza, nosotros queremos generar un cambio en la acción, tenemos una puesta mas pedagógica, para hacer el vínculo pasado presente. Acá no nos sirve comenzar hablando de la dictadura, seguir hablando de la dictadura y terminar hablando de la dictadura sino que nos sirve hablar de lo que está pasando hoy en día, con la comunidad mapuche, con la represión en América Latina, necesitamos hacer el vínculo pasado presente sino estamos trabajando desde la nostalgia, por la nostalgia y para la nostalgia y eso no es educación”.

Chile y su Historia
Mientras recorremos el lugar conversamos con Cristian sobre la historia de Chile y el surgimiento de la violencia estatal,  “nosotros entendemos y queremos situar a la dictadura en Chile no a partir del 73, sería un error, es una cuestión que viene de mucho antes. Hay un mito en Chile del discurso oficial, que se ve a sí mismo con una tradición democrática, pero la otra cara es el Chile autoritario, la constitución de 1833 ya incluía el estado de sitio y mediante el estado de sitio se gobierna hasta 1862, de este período son los llamados carros jaula, carretas tiradas por bueyes que paseaban por todo el territorio chileno a los “bárbaros”, disciplinando mediante el miedo, Chile nace disciplinado mediante el miedo, con autoritarismo”.

Esa violencia institucionalizada continúa en el siglo XX con importantes matanzas en 1905, la matanza de Santa María de Iquique en 1907, la huelga por el precio de la carne reprimida ferozmente en 1915. Para Cristian “Los campos de concentración de la dictadura serían nuestros carros jaula, se va disciplinando mediante el terror. Aquí en Chile desde el siglo XIX se viene reprimiendo al sujeto popular. Entonces, lo que claramente podemos cuestionar es esta tradición democrática, el golpe del 73 fue uno más”.

Para Cristian, como para muchos chilenos, el gobierno de la Unidad Popular fue “lo más cercano al paraíso que tuvimos” y aunque ese “paraíso”  duró apenas dos años y diez meses logró sembrar una semilla que hoy, casi cuarenta años después, renace en la voz de los jóvenes que salen a la calle a reclamar por una sociedad mas justa, jóvenes sin miedo, dispuestos a despertar a la sociedad del largo letargo. La lucha de esta juventud es la prueba más clara que, ni siquiera 17 años de dictadura y represión, pueden evitar que la memoria haga su trabajo.

Página web:http://villagrimaldi.cl/museo/