TOMA DEL MUSEO DE ANTROPOLOGÍA DE MÉXICO

27.7.12 - 


¿La toma de la bastilla? ¡La toma de la taquilla!
Un día del Museo en manos de los académicos.
Por: Carlos San Juan Victoria
Un día antes en la noche eran cinco o seis haciendo los preparativos y a las ocho de la mañana del martes 24 de julio eran los mismos con el corazón en la mano y a las puertas cerradas del mayor museo de México y el segundo en el mundo, el de Antropología en Chapultepec. Ya estaban los abogados de recursos humanos y de relaciones laborales de la Dirección del INAH para tomar nota. Tras los grandes ventanales se asomaban curiosos los policías. Hacia las ocho y media empezó el arribo de investigadores y antes de las nueve cerca de cien se aglomeraban y colaboraban en traer paquetes de libros, volantes y carteles y entraban puntuales a las nueve de la mañana ante policías diligentes que les cedían el paso y se dirigían a la taquilla de Ticket Masters que, oh coincidencia, tenía un letrero que decía “cerrado”. Una fila de investigadores se colocó al frente de la taquilla para despejar cualquier duda, se cerraba también la tienda, y otros recibían a los visitantes madrugadores que hacían cara de asombro cuando se enteraban que la entrada era gratuita. De manera original y rompiendo varios miedos (que los sindicatos ya no convocan, que las tomas son violentas) iniciaba el día en que los investigadores tomaron en sus manos el acceso y las visitas del público al gran museo.
¿Habían desaparecido las autoridades? Días antes buscaron como nunca a los dirigentes sindicales, incluso deslizaron que habían recibido de mero arriba “la instrucción” de atenderlos. Tal vez por ello aparecieron los enviados por la autoridad central del INAH no con una propuesta de instalar una mesa de negociación en ese mismo momento, sino ¡con el notario público 139! ¿Para dar fé de qué? De que el Director General -quien se había negado a dialogar directamente con el sindicato por cerca de seis años – ahora, en voz del Notario le preguntaba al Secretario General, ¿aceptan o no aceptan dialogar con la autoridad? ¡Pero si esta acción se realiza obligados por la cerrazón del señor de Maria y Campos, (eso sí, en un piso completo de la Torre Aristos) por su negativa sistemática a tratar de manera bilateral los daños documentados al patrimonio y a la institución responsable de cuidarlo y por ello se pide la intervención de su autoridad superior, el secretario de Educación Pública!, que, dicho en muy breve y en versión de quien transcribe, respondió Felipe Echenique.
¿Investigadores, temples de estudiosos en campo y en cubículo, tomando el museo más grande de México? De manera puntual llegaron varias televisoras (canal 3, oncetv, canal 22, Televisa y Azteca) el periódico Reforma y la Jornada cubrieron desde el inicio y otros se sumaron hacia las 12 cuando se realizaron las conferencias de prensa bajo una carpa. Con parecida puntualidad arribaban las representaciones de delegaciones hermanas (D-III-22, D-III239, del sindicato de la Universidad de Puebla, de la D-II-IA-2, de la Industria Nuclear y del INBA que también aportaba un grupo de músicos). Un contingente combativo de estudiantes de la ENAH con sus cantos y mantas también se hacía presentes. Otros jóvenes de civiles miraban de lejos y discretos, también se les volanteaba y se les invitaba a pasar al museo ¿de la PGR o de Gobernación? La acción, como piedra en un lago hasta entonces inmóvil, empezaba a expandir sus ondas hacia las solidaridades, la opinión pública, la atención de los organismos de estado.
El día insólito había iniciado restableciendo el carácter público, no mercantil, de los museos. “Esta es su casa, la casa de los mexicanos con las puertas abiertas, por favor entren”, se les explicaba a las filas de visitantes de regiones norteñas, de las costas y del sur del país. Una hilera de hombres en guayabera y de mujeres vestidas de blanco, con el tono maya en las palabras, vacilaba como diciendo ¿pues que nos van a pedir? Los inconfundibles extranjeros en riguroso uniforme de visita a país tropical (sandalias, camiseta, bermudas y sonrisa como si no sintieran frío) se quedaban atentos a las explicaciones y en ocasiones, sus guías se ofrecían en hacer la traducción, los volantes se hicieron en italiano, francés, inglés y español. Justo enfrente de la taquilla se instaló una gran mesa donde se exhibían los trabajos de los académicos del INAH, unos cuantos incluso se regalaban. Volaron. “¡Qué frustración! decía una compañera, quieren comprarlos pero sólo los estamos exhibiendo”. Policías y personal de seguridad, ya en la convivencia de las horas que pasaban, y después de prestar ayuda en el acarreo de sillas, se acercaban: ¿me podría dar uno de esos? es que me interesa. Jóvenes arqueólogos y estudiantes de la ENAH se ofrecían para realizar de manera gratuita las visitas guiadas.
Otros jóvenes, paseantes, se arremolinaban en las orillas de la gran carpa que se instaló hacia las once y media en la explanada del Museo y escuchaban el verbo arrollador de Tita Braniff. ¿Y cómo nos comunicamos e informamos, donde está la pagina Web y el twiter de ustedes? decían al recibir al prehistórico volante que carecía de esos datos, hasta que varios arqueólogos se los pusieron a mano. El acceso gratuito despierta nuevos fervores: ¡bravo! Y aplaudían unos gringos, vénganse, decía un padre alegre llamando a su numerosa prole amenazada de conocer el museo por fuera; me consta, decía el arqueólogo Enrique Fernández que se salen y vuelven a entrar.
Hacia las cinco se hizo una rueda de sillas donde los cerca de 30 investigadores que quedaban escucharon de Felipe Echenique que al parecer la cobertura de medios fue buena, que las redes sociales circulaban ya la noticia, que la página y el twiter del sindicato de investigadores recibían visitas como nunca. Que se había presentado el notario después de lo cual el Director General – que despiertan tanta confianza en su actuar como para requerir notario- , había vuelto a su mutismo habitual y a encerrarse en el piso completo que utiliza en la Torre Aristos. Al parecer se había ganado el primer round, se estaba ya en la corriente cambiante y traicionera de la opinión púbica pero con un gol a favor. Habría que ver y medir las reacciones de la contraparte. Una porra al sindicato dio fin a ese día extraño, donde un viejo INAH parecía reverdecer en sus querencias históricas: el servicio público para la educación y la cultura; un día gestionado por los trabajadores del patrimonio, una toma insólita donde campeó la creatividad cultural y el don, el dar, la gratuidad intensa de las relaciones humanas. Una lucha con las armas adecuadas a su objetivo: pelear con la cultura el patrimonio cultural de México.






Fuente: Sindicato Nacional de Investigadores y Docentes del INAH