El pasado 28 de marzo, en La Plata, falleció Alberto Rex González quien nació en Pergamino, provincia de Buenos Aires, el 20 de noviembre de 1918. Se le reconoce el mérito de haber arraigado en la Argentina los métodos y prácticas de la arqueología moderna y científica: basó sus investigaciones en la utilización sistemática del método de excavación estratigráfico; estableció, en la década de los cincuenta, y por primera vez en la Argentina, una cronología absoluta del pasado más remoto de las sociedades americanas en base a fechados obtenidos mediante el análisis del radiocarbono y, sobre todo, logró situar la historia de las sociedades originarias del Norte argentino en el contexto del proceso de la civilización andina.
Realizó un brillante relato histórico sobre las culturas originarias del actual territorio argentino develando el fascinante, complejo y rico universo simbólico –de insospechada antigüedad– a la vez que interpretó la importancia cultural de la tecnología a través del desarrollo histórico y social de la metalurgia.
Si bien hizo investigaciones arqueológicas en casi todo el territorio argentino, el Noroeste fue la región a la que dedicó los mejores y mayores esfuerzos. En su interpretación del desarrollo cultural del norte argentino, tomó como punto de partida las relaciones históricas concretas con el área andina (en el sentido más amplio del término) para lo cual construyó secuencias de desarrollo de gran alcance geográfico; de este modo, la arqueología argentina se apartó de las explicaciones estrechamente localistas, propias de la visión del Estado nacional decimonónico, y ganó en dinámica y complejidad al incorporar a la interpretación el gran marco evolutivo de la civilización de los Andes.
Su enfoque le permitió abordar temas tales como las relaciones existentes entre el arte y la estructura social, o la confrontación y complementación del mundo simbólico con la tradición tecnológica, así como el surgimiento de la desigualdad social hereditaria.
Hacia fines de 1940 se graduó de médico en la Universidad Nacional de Córdoba y a principios de los cincuenta fue el primer argentino que obtuvo el PhD (Doctorado) en Antropología por la Universidad de Columbia (Nueva York). Vale la pena subrayar que en tiempos de la posguerra, Columbia fue el centro académico construido por Franz Boas y sus discípulos donde se formó la flor y nata de la antropología culturalista norteamericana.
Alberto Rex González dictó cátedra en las universidades nacionales de Córdoba, el Litoral y La Plata; fue profesor visitante en Harvard y en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (México), además de dictar cursos y seminarios en las más importantes universidades de América y Europa.
Integró la expedición franco-argentina a Sudán (1962) en el marco del proyecto de rescate arqueológico de la represa de Asuán auspiciado por la Unesco; asimismo esta institución lo requirió como consultor para la preservación de monumentos arqueológicos en Perú y Bolivia. Presidió el XXXVI Congreso Internacional de Americanistas (Mar del Plata1966); integró las Academias Nacionales de Ciencias y de Bellas Artes; fue investigador y miembro del Directorio del CONICET; ejerció como Jefe de la División Arqueología del Museo de La Plata, fue director del Museo Etnográfico de la Universidad de Buenos Aires y miembro del Consejo Consultivo del Museo Histórico Nacional (Argentina).
Obtuvo becas de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation y del Woodrow Wilson International Center for Scholars (Washington DC). Se le otorgó el Premio Nacional de Ciencias (Argentina 1964); el Premio del Cincuenta Aniversario de la Society for American Archeology y la Medalla del Bicentenario de la Smithsonian Institution (1999).
Su producción bibliográfica abarca más de un centenar de artículos especializados y de divulgación, varios libros y capítulos en obras antológicas. Entre esa riquísima y variada producción intelectual se destacan dos obras notables. Una, “La estratigrafía de la gruta de Intihuasi (San Luis), comparada con la de otros sitios precerámicos de Sudamérica”, (Revista del Instituto de Antropología, vol I; Córdoba 1959), relata en 255 páginas, con rigor científico y pasión intelectual, la existencia de las sociedades de cazadores-recolectores en las Sierras Centrales de la Argentina 6000 años antes del nacimiento de Cristo. La otra, Arte, estructura y arqueología. Análisis de figuras duales y anatrópicas del NO argentino (Editorial Nueva Visión; Buenos Aires 1974), es una obra pequeña, de apenas 151 páginas, donde Alberto Rex despliega lo mejor de su genio hermenéutico. Es ya un clásico por los problemas que deja abiertos, por las hipótesis audaces que adelanta y por el recurso poético que sostiene la trama.
En 1976 la dictadura militar le aplicó la ley de seguridad del Estado y lo despojó de la cátedra que había ganado por legítimo concurso en la Universidad Nacional de La Plata. Soportó con entereza el hostigamiento sistemático y, mientras muchos de sus alumnos fueron encarcelados o desterrados, él no abandonó las convicciones democráticas y pluralistas; en ese sentido, nunca dudó de que el límite de la arqueología estaba en la dignidad del otro.
Ana Montes Silva, escultora y cineasta cordobesa, fue su esposa y madre de Soledad, Alberto, Ana y Francisco.
Gran lector, hasta el final cultivó una inmensa curiosidad y halló el placer en la búsqueda de nuevos conocimientos. Fue un hombre cordial y de enorme simpatía, pero si por algo lo habremos de recordar es por su brillante inteligencia, generosidad y sencillez provinciana.
J.A. Pérez Gollán
Buenos Aires, marzo de 2012