Un museo contra el olvido - La masacre de Rincón Bomba en Formosa

13.3.14 - 
A principios de octubre pasado la decisión estaba tomada.  El 10 se inauguraría un Museo de la Memoria sin demorarse en buscar apoyo institucional ni dinero. Se trataba simplemente de reavivar recuerdos, y de encontrarse para charlar y debatir sobre temas tan silenciados como urgentes. Los ausentes lo reclamaban, también los que aún viven. Haik (Santiago Cabrera) falleció en octubre de 2012, Gavino Acosta  en diciembre del mismo año, y  el cacique Ñierolek (Alberto Navarrete) en agosto pasado. ¿Por qué seguir esperando? Quedan pocos sobrevivientes de la masacre del 47 en La Bomba, están muy solos y la historia oficial insiste en silenciar la masacre ocurrida en sus tierras.
Una voz de las mas aguerridas, a pesar de su edad, sacudió a los mas jóvenes con la siguiente propuesta:

-Ahora les toca a ustedes, nosotros abrimos este camino pero ya no tenemos fuerza, han pasado muchos años. Esta lucha es de ustedes, no tengan miedo de seguir adelante

Salqoe era muy chico en el 47. Estaba en La Bomba junto a su familia, convocado al igual que cientos de personas por un líder espiritual y político llamado Tonkiet, Luciano Córdoba en castellano. Tonkiet se había instalado en La Bomba y muchas familias se habían trasladado hasta allí para conocerlo y sanarse. Dicen que Tonkiet “curaba sin cobrar” y su fama se extendió por todas las comunidades pilagá y qom de la actual provincia de Formosa. A principios de octubre un funcionario de la dirección de protección al aborigen, intentó convencerlos de que abandonaran el lugar y se dirigieran hacia la colonia Bartolomé de las Casas. En el 47 Bartolomé de las Casas funcionaba como reservorio de mano de obra indígena que se enviaba a los ingenios en época de zafra. A pesar de los intentos del funcionario de que se trasladaran a la colonia, ni los caciques ni los ancianos quisieron irse. Fue entonces cuando efectivos del escuadrón 18 de gendarmería con sede en Las Lomitas, a solo  dos kilómetro de La Bomba, advirtieron a las familias que debían abandonar el lugar de inmediato. Luego de las advertencias vinieron las amenazas, sin embargo las familias continuaron en el lugar negándose a abandonarlo. El 10 de octubre por la tarde, la gendarmería apuntó sus armas contra la multitud y disparó sus ametralladoras pesadas y fusiles. Muchos cayeron heridos en este primer tiroteo, otros tantos lograron huir por el monte para salvar sus vidas y las de sus familias.
Durante los siguientes quince días las familias huyeron por el monte formoseño en distintas direcciones procurando regresar a sus lugares de origen, pero fueron perseguidos, capturados y muchos de ellos fusilados en diversos parajes. La violación fue utilizada como arma contra las mujeres, y muchos niños y ancianos murieron de hambre, de sed o a causa de las heridas que no pudieron ser atendidas. La masacre de La Bomba dio como resultado un número indeterminado de muertos y desaparecidos. En el año 2006 en el marco de un juicio contra el Estado nacional por crímenes de lesa humanidad un equipo de forenses ubicó y registró una fosa con los restos humanos de más de 24 personas.
El 10 de octubre del 47 Salqoe sobrevivió al primer tiroteo y huyó con su padre y sus hermanos hacia Pampa del 20, un espacio reservado para familias wichí dentro de la colonia Francisco Muñiz. Allí un amigo de su padre, los escondió durante un tiempo hasta que fueron descubiertos. Entonces se les asignó la tarea de cortar postes de quebracho, y así pasaron 9 meses sin jamás recibir  pago alguno por su trabajo.  Una madrugada aprovechando una baja en la vigilancia, lograron escapar y volver a su territorio.

Salqoe estaba presente en la reunión del 10 de octubre pasado, a su lado Ambrosia, Setkoki´en y Ni´daciye se mostraban de acuerdo con la propuesta, y asentían

-Hace ocho años que se inició el juicio por esta masacre y aún no tenemos noticias sobre eso.  

Salqoe se refirió entonces al juicio iniciado por dos abogados chaqueños, Julio García y Carlos Díaz, el primero vinculado actualmente al gobierno del Chaco. En este juicio, en el que se demanda al Estado por crímenes de lesa humanidad, las víctimas fueron “invitadas” como amicus curiae y hasta el día de la fecha no han tenido acceso al expediente. Poco se sabe sobre los avances y retrocesos de la causa. Hace unos seis años se conoció parte de la respuesta del Estado al pedido de resarcimiento económico en relación a esta masacre. Sorprende leer que el Estado argentino se niegue a reconocer a  las víctimas como pertenecientes a un pueblo preexistente, o demande pruebas que refuercen sus memorias tan coincidentes como innegables. Avergüenza.
Sin tierra, sin agua, sin salud, los ancianos pilagá que sobrevivieron a la masacre de  La Bomba siguen reclamando por ser escuchados. Cansados, un poco mas viejos, ponen toda su energía, participan de la reunión previa al acto de conmemoración y acompañan el pequeño proyecto de museo que sirve de excusa a los mas jóvenes para reencontrarse, escuchar e involucrarse un poco

A las 18hs después de un acto en el que se recordaron los hechos del 47 y se leyeron las adhesiones enviadas por Adolfo Perez Esquivel del Serpaj, La Red de Estudios en Genocidio y Política Indígena de Argentina y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) entre otros. Los asistentes pudieron conocer el pequeño museo montado en una sala contigua a la sala de primeros auxilios de La Bomba. En una comunidad donde las necesidades principales son la vivienda, el agua y la salud, el pequeño espacio acordado por la comunidad para la alojar la iniciativa del Museo de la Memoria es el comienzo de una nueva etapa de visibilización y es a la vez la continuidad de un legado. Cuando la noche cae sobre La Bomba, muchos están satisfechos con los resultados de la jornada, aún sabiendo que se trata sólo de un paso más en la larga marcha iniciada por los que sobrevivieron

Valeria Mapelman, documentalista

www.octubrepilaga.com.ar
Año 2013