Ley de emergencia patrimonial para el Museo del Cine

18.5.11 - 
El día jueves 12 de mayo pasado fue aprobado en la sesión de la Comisión de Cultura de la Legislatura porteña el Proyecto de Ley de EMERGENCIA PATRIMONIAL para el Museo del Cine “Pablo Ducrós Hicken”.  La gestión de este proyecto continuará en la Comisión de Hacienda.

Reproducimos para su difusión el proyecto de ley difundido en la web del Centro Documental de Información y Archivo Legislativo CEDOM: http://www.cedom.gov.ar/


PROYECTO DE LEY
Artículo 1º.- Declárase la emergencia patrimonial y de infraestructura del Museo del Cine Pablo Duckrós Hicken, y de su colección de material fílmico y fotográfico.
Art. 2º.- El Poder Ejecutivo formulará dentro de los sesenta (60) días de promulgada la presente un Plan de Acción que deberá incluir un programa para el resguardo, protección, conservación y puesta en valor de la colección de material fílmico y fotográfico de dicha institución. El mismo deberá incluir, asimismo, el plan de construcción de la sede del Museo del Cine contemplando su localización definitiva y los requerimientos necesarios para el funcionamiento de todas las áreas que lo integran.
Art. 3º.- La acciones tendientes a poner a resguardo el material fílmico y fotográfico deberán respetar los estándares de conservación que establece la Federación Internacional de Archivos Fílmicos.
Art. 4º.- A los efectos de dar cumplimiento con la presente Ley  y sin perjuicio de otras acciones complementarias,  el Poder Ejecutivo deberá:
a)       Inventariar y catalogar todo el material fílmico y fotográfico que constituye el acervo del Museo del Cine.
b)       Instalar un equipamiento con sistema MAM (Sistema digital de almacenamiento de datos) a los efectos de construir una biblioteca digital con sus correspondientes terminales informáticas.
c)       Instalar un equipo de Transfer digital para la digitalización de las colecciones fílmicas 35mm y 26mm a los efectos de garantizar el acceso de los usuarios sin perjudicar los originales.
d)       Instalar scanners necesarios para la digitalización de fotografías, afiches y recortes.
e)       Construir una bóveda de archivo del material fílmico y fotográfico que contemple espacio suficiente para el funcionamiento de las áreas inmediatamente relacionadas y futuras ampliaciones de acuerdo al crecimiento de la colección, respetando los estándares de conservación, seguridad y preservación  señalados por la Federación Internacional de Archivos Fílmicos y la Federación Internacional de Archivos de Televisión.
Art. 5º.- El plazo para el cumplimiento de lo establecido en el Art. 4º de la presente será de ciento ochenta (180) días desde su promulgación, con excepción del inciso e) que tendrá un plazo de trescientos sesenta y cinco (365) días para su cumplimiento.
Art. 6º.- El Poder Ejecutivo remitirá a la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires un informe que contenga el Plan de Acción al que refiere el artículo 2º de la presente dentro del plazo de 10 días de su elaboración.-
Art. 7º.- Comuníquese, etc.
FUNDAMENTOS
Sr. VicePresidente 1º:
El objetivo de este proyecto es proteger la colección de material fílmico y fotográfico del Museo del Cine Pablo Duckrós Hicken, y proveer las herramientas necesarias para detener el daño irreversible que está sufriendo ese material de incalculable valor económico y cultural. Así, se pretende preservar la integridad de esta institución que desde su creación, en 1971, transita por distintas sedes provisorias.
El Museo del Cine "Pablo Ducrós Hicken", fue creado en 1971 con el objetivo de investigar, preservar y difundir el patrimonio cinematográfico argentino, siendo el primero en su género en América Latina. Lleva su nombre en homenaje a uno de los primeros investigadores de cine en nuestro país, cuya colección particular constituyó la base fundamental de la Institución. Parte de este legado, donado por la familia Ducrós Hicken, son los primeros tomavistas Lumiére y Lapathé modelo 1906, utilizados por el director Mario Gallo en el “El fusilamiento de Dorrego” la primera película realizada en el país, estrenada en 1910. Otro aporte considerable lo hizo la misma Cinemateca Argentina que donó un lote de documentación gráfica que terminó de constituir el acervo de la institución, creada formalmente hacia fines de 1971.
Las primeras proyecciones del material fílmico fueron realizadas en el Auditorio Enrique Muiño ubicado en el tercer piso del Complejo Cultural General San Martín. En ese lugar, el museo comenzó ocupando una oficina, luego fueron dos y finalmente tres, que igualmente resultaron insuficientes para albergar las actividades del museo que fueron multiplicándose, en la misma medida que sus colecciones se incrementaron con el aporte de artistas, instituciones y empresas de la industria. A la colección original se sumó también una biblioteca especializada, de consulta diaria para estudiantes y especialistas.
Ante la falta de espacio, y sin una sede propia que le permita montar una exposición permanente, el museo se limitó a mostrar exposiciones rotativas adaptadas a la temática que abordaban las retrospectivas fílmicas de ocasión. Igualmente, su eje fue una vigorosa política de extensión más allá del ámbito institucional. En reiteradas oportunidades, a pedido de entidades oficiales y privadas, se organizaron muestras externas, y se puso su material a disposición de investigaciones y producciones de documentales, cine, radio y televisión. Sin saberlo, la audiencia televisiva disfruta a diario de producciones realizadas con imágenes cedidas por el Museo del Cine.
Sin embargo, a pesar de este valioso aporte a la producción de conocimiento y a la industria cultural; del acompañamiento del público y del potencial que encierra su acervo, el Museo del Cine nunca gozó de sede propia y en cambio vagó con destino incierto por seis locaciones diferentes, hasta llegar a ocupar “provisoriamente” los galpones en la calle Salmún Feijoo, en el Barrio de Barracas. Este inmueble, alquilado y con importantes deficiencias estructurales, impide el desarrollo de las actividades lógicas de cualquier museo y mucho menos la de este en particular, que requiere condiciones especificas de seguridad y conservación
Hoy, el Museo del Cine reúne un total de doce colecciones diferentes que atesoran casi 300 cámaras cinematográficas -algunas de ellas utilizadas por personalidades eminentes de la historia del cine, como los hermanos Lumière, León Gaumont y Charles Pathé-, más de 3.500 fotografías y afiches, 1.300 guiones originales, 4.000 libros especializados, 100.000 noticias periodísticas y una enorme cantidad de piezas de vestuario y escenografía pertenecientes a las primeras producciones nacionales. A su vez, el material fílmico, sumadas las copias de 16 y 35 milímetros, supera las 60 mil latas, entre las que se destacan las 850 horas del noticiero cinematográfico “Sucesos Argentinos”, el noticiero televisivo del ex Canal 9 y verdaderas joyas cinematográficas como “la Revolución de Mayo” (1910) de Mario Gallo, “Amalia” (1914) de Enrique García Velloso, “El ultimo Malón”(1917) de Alcides Greca, "Muñequitas porteñas" (1931) de José A. Ferreira y “Bodas de sangre” (1938) de Edmundo Guibourg -con la participación de la consagrada actriz catalana Margarita Xirgu.
Es preciso señalar que buena parte de este material se encuentra sin clasificar por cuanto se desconoce el detalle último de esta colección que seguramente encierra grandes y gratas sorpresas. Viene al caso señalar lo sucedido en junio de 2008 cuando un historiador que se encontraba realizando una investigación en el lugar, descubrió una copia de la película “Metrópolis”, de Fritz Lang (Berlín, 1927) con escenas que se creían perdidas para siempre. La película de ciencia ficción, la más cara de la historia del cine mudo, había sido sometida primero a la censura de las autoridades nazis, y luego, en Estados Unidos, a la de los estudios Paramount debido a sus planteos políticos y su contenido erótico. La versión hallada en Buenos Aires es una copia original que suma 25 minutos de escenas en las que se profundiza la intimidad de los personajes y, por si fuera poco, cambia la secuencia final. Vale decir que “Metrópolis” es, a la fecha, el único largometraje declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad y que este episodio puso al Museo del Cine de Buenos Aires en los titulares de los medios especializados de todo el mundo.
Este hecho de enorme relevancia histórica, sin embargo, no sirvió para que las autoridades de la Ciudad actúen para revertir la histórica postergación del Museo: las colecciones se encuentran aún arrumbadas en depósitos que carecen de las mínimas condiciones de preservación que la materia exige. En primer lugar hay que señalar el enorme riesgo que significa la acumulación de películas de nitrato, altamente inflamables y explosivas, no solo para el patrimonio del museo y para sus empleados, sino para los habitantes de los edificios vecinos. Por otro lado, no hace falta ser un experto para advertir el daño que viene sufriendo la colección. Quien visite el museo se sorprenderá al sentir el olor agrio que se respira en el ambiente, ver las latas oxidadas y encontrarse con fotografías históricas agrietadas y al borde de la desintegración.
En mayo del 2009, la Federación Internacional de Archivos Fílmicos realizó en Argentina el III Congreso de la especialidad; en esa oportunidad expertos de América Latina y Europa realizaron un análisis del caso y diagnosticaron que, de no revertirse esta situación, el patrimonio del Museo del Cine no tiene más de diez años de vida.
A pesar del abandono oficial, esta Casa Legislativa realizó acciones específicas tendientes a atender la emergencia. Concretamente durante el año 2006, por iniciativa del legislador Facundo Di Filippo (M.C.) la Legislatura aprobó para el ejercicio presupuestario 2007 una partida de 500.000 pesos bajo el nomenclador “equipamiento” que, gracias a distintas presiones -pedidos de informes, pedidos de acceso a la información pública, gestiones personales- recién fue ejecutada durante la segunda mitad del año 2008. Con esa partida se adquirió mobiliario especial para la preservación del afiches, fotografías, objetos de utilería y vestuario; y una media docena de equipos de refrigeración hogareños que si bien no eran lo estrictamente recomendable permitieron salvar la urgencia de un material fílmico que hasta ese momento estaba expuesto a la temperatura ambiente y los rayos del sol.
Transcurrido el tiempo, y sin partidas presupuestarias para el mantenimiento de estos equipos, de por si inadecuados, el mismo fue  quedando obsoleto para la función específica que nunca hubiera podido cumplir: mantener graduada los niveles de frío y humedad.
Ante esta situación, la Legislatura votó nuevamente en el 2009, para el ejercicio 2010, otra partida de 500.000 pesos destinados a la compra de equipamiento específico de preservación de fílmico. Dicha partida aun no se ejecutó a pesar del conocimiento público de la delicada situación patrimonial del Museo. Cabe agregar que la subejecución presupuestaria para el primer semestre del año 2010 para la Dirección General de Museos respecto del inciso "Bienes de uso" es del orden del 98.32%.
Las respuestas del Gobierno Porteño pasaron por la promoción del “Polo Cultural Sur”, un mega proyecto lanzado en 2006 que integraba la sede del Museo del Cine con la del Museo de Arte Moderno en un edificio único de casi 15 mil metros cuadrados, diseñado sobre los terrenos de la avenida San Juan al 300. El proyecto significaba un enorme beneficio para el Museo del Cine que sumaría 1100 metros cuadrados para un total de 6200, con un auditorio de casi mil metros cuadrados en el subsuelo y nueve salas en los pisos superiores.
En Marzo del 2008 el Jefe de Gobierno Mauricio Macri asistió a la apertura de las sesiones ordinarias de esta Legislatura y en un video proyectado en el recinto mostró varias imágenes entre las cuales se encontraba la precariedad extrema del Museo del Cine, lo cual puso de manifiesto la gravedad del asunto al mismo momento en que se pensaba que el problema encontraría una solución. En aquel momento se dijo que la obra “persigue la recuperación y puesta en valor de la infraestructura edilicia de los museos de Arte Moderno y del Cine, a través de la ampliación y modernización de sus sedes. Permitirá articular un centro especializado en artes visuales contemporáneas que dinamizará la zona sur de la Ciudad, convirtiéndola en un núcleo de actividades de proyección social, económica, cultural y turística”.
Nada de esto sucedió. A partir del 2008 el Museo del Cine fue excluido gradualmente del proyecto "Polo Cultural Sur" hasta encontrarnos hoy con su sede legal demolida y su terreno destinado a los anexos del Museo de Arte Moderno. De igual manera, los funcionarios del Ministerio de Cultura dejaron de referirse al Museo del Cine en los actos oficiales mientras el deterioro de sus colecciones se aceleraba en el olvido.
La Ley 1227 y su posterior decreto reglamentario nos dan el marco legal para exigir la preservación, protección y restauración del patrimonio cultural del Museo del Cine. En relación a las obligaciones y funciones de la Autoridad de Aplicación, el Articulo 9 de Ley 1227 establece que el Ministerio de Cultura deberá “programar e implementar las políticas de gestión e investigación dirigidas a la tutela y protección del Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires (PCCBA), así como planificar estrategias y mecanismos para la conservación, restauración y puesta en valor del PCCBA”.
La conservación de la herencia visual debe ser atendida y el Gobierno de la Ciudad no puede privar a los ciudadanos de hoy y de las futuras generaciones de un registro trascendental de su historia. Es por ello que, sin dilaciones ni artificios, se debe actuar con urgencia en pos de la protección de este legado.
Atentos a estas consideraciones es que solicitamos a nuestros pares la aprobación de este proyecto de Ley.