El Museo Textil de Oaxaca, un modelo de institución comprometido con su comunidad

11.5.11 - 
El Museo Textil de Oaxaca, impulsado por la Fundación Alfredo Harp Helú, fue creado en el año 2007 para preservar y fomentar las tradiciones textiles de México y para obrar como punto de encuentro entre las comunidades y su historia. 


Ubicado en una antigua casa del sigo XVIII en el centro Oaxaqueño, la institución alberga importantes colecciones privadas de textiles tradicionales y piezas de diferentes lugares del mundo adquiridas especialmente para enriquecer su acervo.
Este museo, innovador, moderno y en constante evolución, cumple la importante función de resguardar, investigar y restaurar las piezas de la colección, mientras se ocupa de mantener vivo el lazo con las comunidades artesanas de la zona preservando y transmitiendo sus técnicas originales, impulsando la difusión de sus producciones y exponiendo a la comunidad esas riquísimas tradiciones textiles.
A cargo de la conservación y restauración de las piezas se encuentra el Licenciado Héctor Manuel Meneses, que como el resto de los integrantes de la institución, trabaja de una forma interdisciplinaria con curadores, historiadores, artistas y artesanos, para lograr un trabajo unificado y completo tanto para la preservación del acervo como para la investigación y el montaje de las diferentes muestras que presenta el Museo Textil de Oaxaca.

Trabajadores de Museos, a través de corresponsales que pudieron visitar la institución, accedió a una entrevista con el Licenciado Meneses en donde relató con detalle la forma de trabajo del MTO y la importancia de preservar las tradiciones textiles que significan la identidad de toda una región.

ATM: ¿Hace cuánto tiempo forma parte del Museo Textil de Oaxaca y cómo fue su llegada a la institución?
Lic. Héctor Meneses: Formo parte del MTO desde antes de que abriera éste, en 2008. En el año de 2006 realicé una investigación sobre un fragmento de textil emplumado que forma parte del acervo del MTO; la investigación fue para mi tesis de licenciatura en restauración de bienes muebles. Tanto la Presidenta del MTO, la Dra. María Isabel Grañén Porrúa, como el asesor y la directora del MTO, Dr. Alejandro de Ávila y Lic. Ana Paula Fuentes, siguieron de cerca este trabajo y una vez terminado, apoyaron la publicación del texto en 2007. Ese mismo año me mudé a la ciudad de Oaxaca y, tras mi llegada, me invitaron a formar parte del equipo del MTO para estar a cargo del área de Conservación.

¿A la hora de exhibir el patrimonio, cómo logra unificar los criterios estéticos y museográficos con la restauración?
Tengo que poner en una balanza varios aspectos: el estado material de la obra, la intención museográfica, el tiempo en que estará exhibida la pieza, el tiempo disponible para realizar una intervención y los materiales con los que se cuenta en México en general y en Oaxaca en particular. Si una pieza necesita una intervención profunda, pero hay 3 ó 4 meses para preparar una exposición, generalmente buscamos un soporte “pasivo” donde se pueda exhibir la pieza sin que ésta se dañe; en ese caso, la museografía se adapta a los requerimientos del textil. Por otro lado, para textiles en excelente estado de conservación, la museografía puede proponer diferentes alternativas de montaje y yo evalúo qué es factible y qué no, siempre con el propósito de prevenir mayor deterioro en el objeto durante el tiempo de exposición. 

 ¿Qué relación mantiene con las comunidades indígenas oaxaqueñas y cómo influye esta relación con los criterios de restauración y conservación de las piezas?
Hay ocasiones en que se invita a algunas comunidades al museo y se aprovecha para que conozcan piezas antiguas que resguardamos en nuestro acervo. En muchas ocasiones, los textiles han sufrido una transformación sorprendente en los últimos 50 años y resulta fascinante para los miembros de esas comunidades conocer y reconocer cómo eran SUS textiles originalmente. En estos encuentros logramos obtener datos interesantes sobre técnicas, materiales, usos, significados y nombres de los textiles; información que posteriormente vertimos en nuestra base de datos. Quizá el punto en el que más repercute la presencia de estas comunidades en los criterios de restauración llevados a cabo en el museo es sobre el aspecto estético. Puesto que nuestro acervo incluye tradiciones que actualmente siguen vigentes, debo preocuparme por mostrar los textiles en un buen estado de conservación, principalmente: limpios. En muchas comunidades de Oaxaca, el blanco ocupa un lugar importante en el textil y estas prendas suelen estar muy limpias, puesto que la limpieza es parte de la presentación de la que se vanaglorian las personas que portan los trajes en cuestión. Puesto que el MTO invita a las comunidades a ver su patrimonio expuesto en este recinto, debo mostrar las piezas de tal forma que no ofenda a los miembros de la comunidad. Esta ofensa sería, por ejemplo, si un textil que en la comunidad se emplea muy blanco, planchado y almidonado, yo lo mostrara muy sucio, arrugado y deforme. Los miembros de la comunidad en cuestión no se sentirían identificados con ese textil, porque para ellos sería una vergüenza mostrar su textil de esa manera. Es por ello que, cuando es posible Y necesario, recurro a procesos de limpieza, desmanchado y blanqueo previo a mostrar un textil en exposición. Cuando se trata de textiles antiguos (siglo XIX) o bien, de textiles de procedencia desconocida, tomo más reservas previo a un proceso de limpieza y son otros factores los que tienen más peso.

¿Usted, diseña y supervisa la realización de los soportes de exhibición para los textiles restaurados?
La mayoría de las veces sí. El museógrafo me comenta su idea de cómo desearía que se mostraran los textiles y es tarea mía pensar qué soporte es el adecuado para cumplir esa necesidad sin deteriorar a las piezas. 

¿Qué desafíos afronta a la hora de conservar y o restaurar arte contemporáneo?
Hasta el momento no hemos restaurado obra de arte contemporáneo con esas características; sin embargo, sí tenemos ese tipo de piezas en nuestro acervo. El mayor reto hasta ahora ha sido el espacio que estas piezas demandan para su correcta conservación a largo plazo. Puesto que estas obras son, generalmente, frágiles, necesitan embalajes voluminosos o bien, espacios grandes donde no se tengan que estar moviendo de lugar para minimizar la manipulación de la obra y, con ello, prevenir al máximo su deterioro a partir de un accidente. Nuestro depósito de textiles, como el de todos los museos, cuenta con un espacio limitado y tenemos que ver la manera de hacer más eficiente el uso del espacio para acomodar el mayor número de piezas sin que éstas se dañen y que, al mismo tiempo, sea práctico para el personal para realizar consultas sobre el acervo. 

¿Cuáles son los proyectos fundamentales a concretar durante este año?
El proyecto fundamental este año es una magna exposición sobre textiles oaxaqueños, donde se mostrarán textiles de entre 1920 y 1950, lo cual creará asombro entre el público que nos visita y, muy importante, en los propios tejedores. Esto se debe a que los textiles que mostraremos son, en muchos casos, muy distintos a los que se hacen actualmente, por lo que será como abrir una ventana en el tiempo y asomarnos al textil oaxaqueño de la primera mitad del siglo XX. Por la misma antigüedad de las piezas, varias de ellas requieren diferentes tipos y grados de intervención, por lo que el énfasis del taller de restauración del MTO en este momento está en las piezas para esa exposición. Otro punto muy importante este año es la realización del 8° Congreso de Conservación de Textiles de América del Norte, el cual se efectuará del 8 al 11 de noviembre. Este evento se realiza cada dos años en distintas ciudades de América del Norte y en esta ocasión, la Fundación Alfredo Harp Helú a través del MTO y el Instituto Nacional de Antropología e Historia a través de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete” (ENCRyM), somos los co-organizadores del encuentro. Puesto que en esta ocasión será Oaxaca la sede del evento, propuse que el tema fuera la relación entre la Conservación y las sociedades en las que vivimos, es decir, cómo nos relacionamos con la gente que nos rodea (desde otros círculos académicos hasta público en general, pasando por comunidades indígenas de tejedores y artistas contemporáneos) y cómo difundimos el conocimiento y la labor de nuestra profesión más allá del laboratorio o del taller de restauración.

¿De qué instituciones nacionales e internacionales recibe colaboradores interesados en aprender el trabajo que se realiza en su área?
La única institución con la que tenemos colaboración de manera regular es la ENCRyM, a través del Seminario-Taller de Conservación y Restauración de Materiales Textiles. Dos veces al año recibimos a alumnos de la escuela para realizar prácticas. La primera práctica del año dura una semana y es parte de su formación como alumnos del Seminario mencionado, y en ella realizan desde dictámenes, hasta embalajes y diseño de soportes para exposiciones. La segunda práctica, en el verano, tiene una duración de tres semanas y en ella hay más tiempo de realizar intervenciones directas de restauración sobre piezas próximas a exhibir. De manera particular/privada/no institucional hemos recibido a voluntarios con deseos de conocer más y/o aspectos diferentes sobre la restauración de textiles. Así recibimos a una analista textil de Nueva York, quien colaboró en el estudio de piezas para una exposición de textiles guatemaltecos que tuvimos en 2009. De igual modo, a fines de 2010 recibimos a una conservadora textil de California quien estuvo un mes en el taller, realizando intervención directa, además de preparación de montajes para la última exposición del año. A principios de 2011 contamos con la colaboración de dos chicas de Argentina quienes tuvieron la oportunidad de intervenir un huipil oaxaqueño antiguo, para la magna exposición de este año. En un par de meses vendrá una estudiante de restauración, también de California, a colaborar con nosotros. El enriquecimiento, creo yo, es benéfico para ambas partes y estos intercambios son una experiencia formidable, además de que se colabora en procesos fundamentales para el desarrollo de las exposiciones del museo.

¿El museo se ha convertido en una institución escencial para la preservación de la historia textil de Oaxaca; Cómo considera que se debería trabajar a futuro para que otros estados mexicanos con una rica tradición textil puedan preservar y difundir su patrimonio?
Además de contar con un espacio adecuado y un personal capacitado, creo que lo fundamental es conservar los aspectos intangibles que forman la base de nuestro patrimonio textil. Considero que uno de los grandes aciertos del museo es su apertura y su acercamiento a las comunidades, puesto que poco a poco ha ido tocando la vida de tejedores, motivándolos a continuar con su trabajo y a mejorar/innovar sus procesos y sus tejidos. Esto es una plataforma sobre la cual podemos extender un poco más el tiempo de vida de una tradición tan ancestral como el textil; esta relación es lo que da vida a un museo. Igualmente importante es que el museo, a través del programa de expo-ventas y de talleres impartidos por miembros de comunidades indígenas, ha servido como un puente para unir a un público no necesariamente especializado en textiles con la tradición textil oaxaqueña. Incluso, estos encuentros han fomentado la interacción entre tejedores de diferentes regiones de Oaxaca. 

¿Cuáles son las características del patrimonio textil de Oaxaca?
Explicar las características merece un libro, que está próximo a salir a la luz junto con la exposición que tendremos en este verano. A grandes rasgos, Oaxaca es el estado con mayor diversidad textil en toda el área de Mesoamérica, por lo que se encuentran técnicas tan simples como los tejidos planos, hasta técnicas tan complejas como las tramas envolventes discontinuas. Existen, además, diferentes fibras y colorantes que se han empleado según la región geográfica y las rutas comerciales que se han establecido en el estado y, junto con ello, diferentes adecuaciones y tipos de telares en donde las personas realizan sus tejidos.

Por último. ¿Porqué eligió esta profesión y cuáles son las satisfacciones y desafíos que este trabajo le representa?
Creo firmemente que conocer nuestro pasado nos da la posibilidad de entender nuestro presente y, con ello, entender y asimilar nuestra identidad. Desde mi punto de vista, una de las maneras más ricas de conocer nuestro pasado es a través de la cultura material, puesto que esto nos permite establecer vínculos directos de nuestra vida con el pasado: una cuchara, un pantalón, una ventana, un medio de transporte. Es por ello que me interesa conservar el patrimonio material y, a través de ello, intentar conservar también el patrimonio intangible. En el textil se entretejen ambos tipos, puesto que el conocimiento y la tradición ancestral se vierten en cada hilo que se monta en el telar. ¿La satisfacción? Ver el asombro en la cara de los tejedores cuando reconocen la maestría de alguno de sus ancestros en las piezas que conservamos… ver el brillo de curiosidad en sus ojos cuando ven un tejido mientras se preguntan “¿Y eso cómo lo hicieron?”. En mi caso particular, que he trabajado el tema de textiles emplumados (técnica desaparecida) durante un par de años, me causa una alegría inmensa ver los intentos actuales por re-insertar la pluma en el arte textil de mi país. Desafíos… además de luchar permanentemente contra el tiempo (puesto que el textil, como toda materia orgánica, es vulnerable al envejecimiento y a la desaparición) en el aspecto material de mi trabajo, lo que más me preocupa es el aspecto intangible de la conservación de textiles. Cada vez hay menos hilanderas, menos tejedores, menos tintoreros… cada vez la producción es más en serie y viene de países donde se maquila al por mayor, copiando diseños y formas antiguas. Sin leyes que eviten la distribución de estos productos, sin incentivos que motiven verdaderamente a los artesanos textiles a continuar con su labor, sin la concientización del público por valorar los textiles tradicionales, sin programas de sustentabilidad que garanticen el acceso a fibras, hilos y tintes de calidad, etc., la tradición textil podría desaparecer. 

Redacción y fotografía: Lucila Pesoa y Juliana Ullúa.
Agradecimientos:
Lic. Héctor Manuel Meneses
Lic. Ana Paula Fuentes Quintana, Directora del MTO