Sábado 26 de marzo a las 10 hs
Ramón Falcón y Olivera – Floresta
En el marco del 35 aniversario del golpe genocida del 24 de marzo de 1976, la Asociación de Trabajadores de Museos organiza junto a los trabajadores del Ex CCDTyE Olimpo un recorrido por el sitio donde se abordará la temática histórica del mismo, y la experiencia de sus trabajadores desde el año 2005.
Cupo limitado. Inscripciones hasta el 20 de marzo al correo trabajadoresdemuseos@gmail.com, con los siguientes datos: Nombre y Apellido, Institución de pertenencia, DNI, Teléfono.
Contactos ATM (011) 15-62631358 / 15-41735221
El CCDTyE “Olimpo”
EL EX CENTRO CLANDESTINO DE DETENCIÓN, TORTURA Y EXTERMINIO “OLIMPO”
Fue uno de los Centros Clandestinos de Detención que funcionaron en la Ciudad de Buenos Aires durante la última dictadura militar. Estaba emplazado en un predio ubicado entre las calles Ramón Falcón, Olivera, Lacarra, Fernández y Rafaela del barrio de Floresta, y funcionó entre agosto de 1978 y enero de 1979. El lugar había sido originalmente terminal de tranvías, luego estación de colectivos, y en el año 1976 pasó a manos de la Policía Federal Argentina.
Las personas que fueron detenidas y desaparecidas en este Centro Clandestino de Detención, así como en los más de 500 que funcionaron en todo el país, eran militantes de organizaciones políticas, sociales y sindicales que fueron perseguidos por sus prácticas militantes y su persistencia en la intención de lograr una sociedad incluyente y justa.
Las personas recluidas ilegalmente en el CCDTyE “Olimpo” provenían principalmente de otros dos Centros Clandestinos: “Club Atlético”, ubicado en el bajo de la Ciudad de Buenos Aires, y “El Banco”, ubicado en Autopista Richieri y Camino de Cintura. Parte de las instalaciones del “Olimpo”, como las puertas de las celdas, eran de la infraestructura de “Club Atlético”, que había sido desmantelado por ese entonces para la construcción de la Autopista 25 de mayo.
Los testimonios de los sobrevivientes relatan que el primer grupo de detenidos-desaparecidos de este CCDTyE, fue traído desde el ex-CCDTyE “El Banco” el 16 de agosto de 1978. Fueron trasladados en vehículos particulares o camiones del Ejército con los ojos vendados. A aquellos que provenían de otro Centro, las fuerzas represivas les mantenían la letra y número adjudicado previamente. A los “nuevos secuestrados” les adjudicaban una nueva letra y número. Al igual que en otros Centros Clandestinos, los interrogatorios tendientes a obtener información sobre otros compañeros de militancia, se realizaban bajo tortura física.
El Centro Clandestino tenía dos secciones de celdas enfrentadas entre las que mediaba un playón. Una de estas secciones, denominada “Población”, contaba con cuatro hileras de aproximadamente diez celdas cada una, separadas entre sí por pasillos. Cada hilera contaba con dos letrinas. En uno de los corredores se situaban las duchas y el lavadero. La otra sección, denominada “Sector de Incomunicados”, contaba con 6 celdas y una sala de tortura o “quirófano”. En otro sector del Centro se ubicaban la cocina, sala de internación, enfermería, comedor, laboratorio de fotografía e impresiones, taller de electrónica, capilla, sala de situación e inteligencia, oficinas del personal represivo y grupo de tareas (GT), y otro “quirófano” o sala de tortura. De acuerdo a esta disposición edilicia, el lugar tenía capacidad para aproximadamente 150 personas y, según refieren los liberados, durante su funcionamiento habrían pasado por allí alrededor de 500 personas.
Los grupos de tareas, es decir los grupos de represores que secuestraban, torturaban y eran responsables del funcionamiento del dispositivo concentracionario, que tenían base en este CCDTyE estaban integrados por personal de la Policía Federal y de la provincia de Buenos Aires, Ejército, Servicio Penitenciario y Gendarmería, y dependían del Batallón de Inteligencia 601 del Ejército. Estos grupos, actuaron también en los CCDTyE “Club Atlético” y “El Banco” y operaron en combinación con otros CCDTyE (como la “ESMA”).
La información que posibilitó sistematizar la forma de funcionamiento del Centro Clandestino, conocer los nombres y apodos de los detenidos-desaparecidos, y denunciar los nombres y apodos de los represores responsables de los delitos de lesa humanidad cometidos allí, fue dada por los sobrevivientes de este lugar, quienes sufrieron las condiciones de “libertad vigilada” hasta incluso avanzado el período constitucional.
Recorriendo el ex CCDTyE “Olimpo”
La “recuperación” de los ex Centros Clandestinos de Detención que funcionaron durante la última dictadura cívico-militar, ha abierto la posibilidad de que la sociedad se acerque a estos espacios para conocerlos y saber acerca de los hechos y delitos allí cometidos. En el caso del ex CCDTyE “Olimpo” quienes se acercan son integrantes de diferentes grupos, organizaciones y escuelas, así como personas que llegan espontáneamente.
Desde este espacio pensamos que una memoria que sólo recupere las prácticas represivas y el horror de la experiencia concentracionaria, corre el riesgo de posibilitar que los ex “centros clandestinos” sigan generando miedo e inmovilización.
Por ello, y ante el desafío de buscar la mejor forma de dar a conocer este espacio, proponemos la realización de visitas colectivas que posibiliten tener una charla o taller previo al ingreso al sector específico del “casino de oficiales”, las celdas, los pasillos y oficinas que conformaban el Centro Clandestino.
En estos talleres, en los que tenemos en cuenta las especificidades del grupo que participa, buscamos trabajar con dos cuestiones básicas: por un lado, explicitar las condiciones que hicieron posible ese pasado así como la vinculación existente entre el proceso de ascenso de luchas sociales y el intento de exterminio de organizaciones políticas y sindicales perpetrado por las fuerzas represivas; por otro lado, desentrañar cuáles de esas condiciones subsisten en la actualidad y bajo qué modalidad, ya sea como causas, consecuencias y permanencias.
Durante la visita, buscamos focalizar en la inserción del Centro Clandestino en el barrio, poniendo en diálogo el “adentro” y el “afuera” del dispositivo concentracionario, problematizando el “secreto a voces” que supuso su funcionamiento. Al recorrer el lugar, buscamos trabajar también con las estrategias de resistencia a partir de diferentes testimonios:
“Las celdas ya estaban cerradas, se iba otro día. Al lado de mi tubo escuché a un compañero decir en voz alga: `Peón E2 se mueve a E4´, y otro que, a tres tubos de distancia, en la hilera de enfrente, respondió: ´Peón C7 que mueve a C5´. Este intercambio se repitió varias veces. Era un aliento escucharlos y saber que las partidas de ajedrez duraban varios días; como la esperanza…” (Testimonio de una sobreviviente del CCDTyE “Olimpo)
En otras oportunidades, se da lectura a alguno de los poemas escritos por Roberto Ramírez, “Viejo Guillermo” (sobreviviente de los Centros Clandestinos “Banco”, “Olimpo”, “Pozo de Quilmes” y ESMA), quién escribió un poema para cada uno de los compañeros que recordaba de los Centros Clandestinos en los que estuvo.
Mariano
Para vulnerar la entereza
de los secuestrados:
la soledad
cada uno consigo mismo
frente a la tortura.
Ruptura de toda referencia
con el exterior
y el campo
cualquier intento de vínculo
es severamente castigado.
Aún así
una red solidaria
alcanza los más aislados rincones.
“…Mariano, el cocinero,
nombre que llegó
portando sus valores
mucho antes que vos:
no falla
ni en las peores condiciones
Esperanza de aliento
a la hora en que
el reparto de comida
te trae con nosotros.
A tu paso
crece nuestra fuerza
a tu paso
enfurecen los represores…”
A partir de la recuperación de los ex Centros Clandestinos de Detención se ha abierto la posibilidad de realizar visitas a estos espacios. Abriéndose también el debate sobre el “por qué” y el “para qué” acercarse a estos espacios.
Las voces coinciden en señalar la importancia de superar una memoria literal en el relato sobre estos “sitios de memoria”. Una memoria que sólo recupere las prácticas represivas y el horror de la experiencia concentracionaria, corre el riesgo de posibilitar que el dispositivo represivo de los “centros clandestinos” siga operando en la actualidad; generando miedo e inmovilización. Y precisamente, el “para qué” que se persigue es el inverso a esa posibilidad.
Es por ello que se pretende contribuir a la formación de sujetos críticos y autónomos; con capacidad de analizar y actuar sobre su sociedad, sobre el pasado y el presente. Se busca, por un lado poner sobre la mesa las condiciones que hicieron posible ese pasado; sometiéndolas a la explicación, la comprensión, el análisis y las críticas de las diferentes generaciones; y por otro, intentar desentrañar cuáles de esas condiciones subsisten y bajo qué modalidad, como causas, consecuencias y permanencias.
Bajo tales propósitos es que nos planteamos la necesitad de enmarcar la visita al predio donde funcionó el ex CCDTyE “Olimpo” en una serie de encuentros que permitan un trabajo más prolongado y profundo sobre la temática. La alusión al término de “talleres” no se debe a un uso estilístico, acorde a la moda. Más bien, implica una forma de concebir la práctica educativa y por ende, de concebir al sujeto que participa del taller. Precisamente, conlleva la concepción de un sujeto pensante, que participa, que expone sus ideas, sus discernimientos y prejuicios. Que a partir de sus conocimientos incorpora otros, los modifica o ratifica. Que puede pensar su realidad y modificarla.
Desde este espacio pensamos que una memoria que sólo recupere las prácticas represivas y el horror de la experiencia concentracionaria, corre el riesgo de posibilitar que los ex “centros clandestinos” sigan generando miedo e inmovilización.
Por ello, y ante el desafío de buscar la mejor forma de dar a conocer este espacio, proponemos la realización de visitas colectivas que posibiliten tener una charla o taller previo al ingreso al sector específico del “casino de oficiales”, las celdas, los pasillos y oficinas que conformaban el Centro Clandestino.
En estos talleres, en los que tenemos en cuenta las especificidades del grupo que participa, buscamos trabajar con dos cuestiones básicas: por un lado, explicitar las condiciones que hicieron posible ese pasado así como la vinculación existente entre el proceso de ascenso de luchas sociales y el intento de exterminio de organizaciones políticas y sindicales perpetrado por las fuerzas represivas; por otro lado, desentrañar cuáles de esas condiciones subsisten en la actualidad y bajo qué modalidad, ya sea como causas, consecuencias y permanencias.
Durante la visita, buscamos focalizar en la inserción del Centro Clandestino en el barrio, poniendo en diálogo el “adentro” y el “afuera” del dispositivo concentracionario, problematizando el “secreto a voces” que supuso su funcionamiento. Al recorrer el lugar, buscamos trabajar también con las estrategias de resistencia a partir de diferentes testimonios:
“Las celdas ya estaban cerradas, se iba otro día. Al lado de mi tubo escuché a un compañero decir en voz alga: `Peón E2 se mueve a E4´, y otro que, a tres tubos de distancia, en la hilera de enfrente, respondió: ´Peón C7 que mueve a C5´. Este intercambio se repitió varias veces. Era un aliento escucharlos y saber que las partidas de ajedrez duraban varios días; como la esperanza…” (Testimonio de una sobreviviente del CCDTyE “Olimpo)
En otras oportunidades, se da lectura a alguno de los poemas escritos por Roberto Ramírez, “Viejo Guillermo” (sobreviviente de los Centros Clandestinos “Banco”, “Olimpo”, “Pozo de Quilmes” y ESMA), quién escribió un poema para cada uno de los compañeros que recordaba de los Centros Clandestinos en los que estuvo.
Mariano
Para vulnerar la entereza
de los secuestrados:
la soledad
cada uno consigo mismo
frente a la tortura.
Ruptura de toda referencia
con el exterior
y el campo
cualquier intento de vínculo
es severamente castigado.
Aún así
una red solidaria
alcanza los más aislados rincones.
“…Mariano, el cocinero,
nombre que llegó
portando sus valores
mucho antes que vos:
no falla
ni en las peores condiciones
Esperanza de aliento
a la hora en que
el reparto de comida
te trae con nosotros.
A tu paso
crece nuestra fuerza
a tu paso
enfurecen los represores…”
EXPERIENCIAS EDUCATIVAS Y VISITAS AL EX CCDTyE “OLIMPO”
“La educación debería ser definida como un proceso y no como un ‘bien’, como un proceso de cambio mediante el cual el hombre se desarrolla, informándose y transformándose él mismo e informando y transformando a los demás y al medio en que vive” (Paulo Freire, “Educación para el cambio social”)A partir de la recuperación de los ex Centros Clandestinos de Detención se ha abierto la posibilidad de realizar visitas a estos espacios. Abriéndose también el debate sobre el “por qué” y el “para qué” acercarse a estos espacios.
Las voces coinciden en señalar la importancia de superar una memoria literal en el relato sobre estos “sitios de memoria”. Una memoria que sólo recupere las prácticas represivas y el horror de la experiencia concentracionaria, corre el riesgo de posibilitar que el dispositivo represivo de los “centros clandestinos” siga operando en la actualidad; generando miedo e inmovilización. Y precisamente, el “para qué” que se persigue es el inverso a esa posibilidad.
Es por ello que se pretende contribuir a la formación de sujetos críticos y autónomos; con capacidad de analizar y actuar sobre su sociedad, sobre el pasado y el presente. Se busca, por un lado poner sobre la mesa las condiciones que hicieron posible ese pasado; sometiéndolas a la explicación, la comprensión, el análisis y las críticas de las diferentes generaciones; y por otro, intentar desentrañar cuáles de esas condiciones subsisten y bajo qué modalidad, como causas, consecuencias y permanencias.
Bajo tales propósitos es que nos planteamos la necesitad de enmarcar la visita al predio donde funcionó el ex CCDTyE “Olimpo” en una serie de encuentros que permitan un trabajo más prolongado y profundo sobre la temática. La alusión al término de “talleres” no se debe a un uso estilístico, acorde a la moda. Más bien, implica una forma de concebir la práctica educativa y por ende, de concebir al sujeto que participa del taller. Precisamente, conlleva la concepción de un sujeto pensante, que participa, que expone sus ideas, sus discernimientos y prejuicios. Que a partir de sus conocimientos incorpora otros, los modifica o ratifica. Que puede pensar su realidad y modificarla.
Más información: http://exccdolimpo.org/